Corea del Norte celebra sus 70 años de estalinismo con un gran desfile militar
El joven dictador Kim Jong-un quiere lucir músculo en el aniversario del Partido de los Trabajadores, fundado por su abuelo
Para conmemorar la fundación del Partido de los Trabajadores, que dirige Corea del Norte desde hace 70 años, el régimen estalinista de Pyongyang alardea este sábado de una de las pocas cosas que sabe hacer bien: desfilar.
Con esta gran parada militar, que miles de soldados llevan ensayando desde mayo , el joven dictador Kim Jong-un pretende lucir músculo y mostrar a través de la propaganda una cierta mejora de la economía nacional, beneficiada por la venta de recursos mineros a China tras la «Gran Hambruna» de los 90. A pesar de las miserias que sufren la mayoría de los 23 millones de norcoreanos, que subsisten a duras penas bajo constantes cortes de luz, Pyongyang se ha engalanado para la ocasión y sus habitantes han sido movilizados en masa para participar en el aniversario del Partido, una de las fechas más señaladas del régimen.
Hace cinco años, el entonces dictador, el «Querido Líder» Kim Jong-il, aprovechó esta misma efeméride para presentar a su sucesor , su hijo Jong-un. Tanto entonces como ahora, este hermético régimen permitió la entrada en el país de algunos medios internacionales, sobre todo televisiones, para enseñar al mundo sus últimos misiles mientras su líder se da un nuevo baño de masas.
Han proliferado las tiendas exclusivas para los funcionarios enriquecidos por la corrupción
Vigilados en todo momento y con sus movimientos limitados, como es habitual en Corea del Norte, lo que no podrán ver dichos medios son las duras condiciones de vida en el campo, la brutal represión en los «gulags» del régimen ni las tiendas y restaurantes de lujo que han proliferado para la élite del Partido. Como pudo comprobar este corresponsal durante su última visita en 2013, allí se vende desde carne importada de Australia hasta coñac Hennessy, pasando por ordenadores y pantallas de plasma, que los funcionarios enriquecidos al amparo de la corrupción pagan con abultados fajos de dólares o euros.
Sin misil
A modo de fuegos artificiales, en las últimas semanas se había especulado con la posibilidad de que Corea del Norte disparara un misil de largo alcance para celebrar este aniversario, como hizo de forma fallida en abril de 2012 con motivo del centenario del «padre» de la patria y abuelo del actual dictador, Kim Il-sung. Pero tal lanzamiento no parece probable porque los satélites espaciales no han detectado ninguna rampa con un cohete y, dentro de solo diez días, está prevista una reunión entre familias de las dos Coreas separadas por la guerra.
«No se dan las circunstancias para este lanzamiento por la presión diplomática china y porque, internamente, no hay mucho que ganar con dicha acción, ya que el objetivo fundamental ahora es mostrar la mejora de la economía», explica a ABC Jang Jin-sung, desertor norcoreano que escribía los poemas laudatorios para Kim Jong-il y dirige en Seúl el observatorio New Focus International.
Por su parte, la organización no gubernamental internacional Human Rights Watch advierte en un comunicado que «en lugar de celebrar la fundación de un partido que somete a trabajos forzados a los norcoreanos, Kim Jong-un debería anunciar su fin».
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