Portugal vota en plena «fiebre» del bipartidismo

Passos Coelho y António Costa pugnan en las elecciones de este domingo 4 de octubre, que confirman la ausencia de fenómenos tipo Syriza o Podemos

Portugal vota en plena «fiebre» del bipartidismo efe

francisco chacón

La excepción portuguesa se confirma a las puertas de las elecciones de este domingo 4 de octubre . Esto es, el bipartidismo apenas deja testimoniales resquicios para otras excepciones.

El estallido de partidos tipo Syriza o Podemos brilla por su ausencia. Los Alexis Tsipras o Pablo Iglesias se quedaron en el umbral de la frontera lusoespañola. En primer lugar, porque jamás existió un 15-M en el país vecino. Y después porque la izquierda más tradicional, anclada en la ortodoxia comunista, nunca ha dejado de estar ahí, como si pareciera conformarse con un papel político menor.

Pero, además, Portugal llega a estos decisivos comicios después de un camino muy distinto al de Grecia o España . El anterior primer ministro, el socialista José Sócrates, dimitió justo cuando se vio obligado a pedir el rescate financiero internacional en 2011 porque el abismo de la bancarrota asomaba a la vuelta de la esquina.

Fue ahí cuando entraron en acción Pedro Passos Coelho y su Partido Social Demócrata, a quienes les tocó aplicar un duro programa de ajustes para devolver los 78.000 euros solicitados a la ‘troika’ (y sus correspondientes intereses).

Así han transcurrido estos cuatro años, con una CDU (coalición liderada por los comunistas) incapaz de salir de sus planteamientos de otra época. Su líder, Jerónimo de Sousa , no tiene ninguna química con Catarina Martins , principal rostro de un Bloco de Esquerda que ya existía pero que ahora trata de aproximarse a Podemos para ver si puede aprovechar su onda expansiva.

Solo dos púgiles

Cierto que el propio Pablo Iglesias ha pedido el voto para esta formación, pero también lo es que apenas se ha implicado en la pugna: se limitó a enviar un escueto vídeo solicitándolo.

El cuadrilátero, pues, sólo alberga a dos púgiles: Passos Coelho y un António Costa que limpió las listas del Partido Socialista de candidatos ‘socráticos’, pero que tampoco ha logrado así zafarse del fantasma del ex jefe de Gobierno, detenido y encarcelado por graves indicios de corrupción.

Ni siquiera hoy se libra de esta sombra, porque Sócrates va a salir de la prisión domiciliaria (régimen al que le trasladaron hace exactamente un mes) para emitir su voto.

Las espadas están en alto. El horizonte de la mayoría absoluta se erige en el gran sueño de los dos contrincantes más destacados. Es el momento para que hablen los sufridos ciudadanos lusos, aunque los nubarrones de una elevada abstención preocupan tanto a Passos como a Costa. Por cierto, el tiempo veraniego de estos últimos días en Portugal da paso al viento y la lluvia en la jornada electoral, según las previsiones.

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