Rusia, la última esperanza para un «miniestado alauí» de Asad en Siria
Según critica Occidente, los primeros ataques de aviones rusos sobre territorio sirio se han producido en zonas no controladas por los combatientes de Estado Islámico; Moscú insiste en que solo combate a los yihadistas
Los dos primeros días de bombardeos rusos han hecho saltar por los aires al ya maltrecho tablero sirio. Parecía que la contundente intervención de Rusia iba dirigida contra posiciones yihadistas de Estado Islámico desde la base de Latakia, en pleno corazón alauí en la costa siria. Sin embargo, los primeros ataques aéreos, a espaldas de la coalición internacional liderada por EE.UU., han generado aún más confusión en la guerra. ¿A quién ataca realmente Rusia? ¿El objetivo es atacar a Estado Islámico o defender a Asad?
El opositor Ejército Libre Sirio (ELS) asegura que la aviación rusa ha bombardeado posiciones de su organización en las provincias de Hama e Idleb. «Rusia está atacando unas zonas que son vitales para el régimen porque están cerca de sitios habitados por los alauíes (credo del presidente sirio)», ha indicado a EFE uno de los comandantes del ELS.
Este presunto ataque a los rebeldes de ELS ha sido también criticado por el senador estadounidense John McCain, quien ha denunciado que algunos de los primeros bombardeos han golpeado a opositores de Damasco entrenados por la CIA.
El área por el que se está movilizando la aviación rusa formaría parte de un hipotético estado alauí, «en caso de que el régimen de Damasco colapse y se desintegre», apuntaba hace días un columnista de « Al Arabiya » (medio afincado en Dubai). «El concepto de la división de Siria no es tan fácil como algunos piensan, puesto que la mayoría de los gobiernos se oponen a ella, dadas las repercusiones peligrosas para los países de la región. Y las divisiones anteriores han demostrado que no hacen más que aumentar los problemas de la región, en lugar de poner fin a los mismos», escribe Abdulrahman al-Rashed en el medio árabe.
El medio progresista israelí « Haaretz » también señala a un posible apoyo de Rusia al «miniestado alauí»: « La intervención militar de Putin no se dirige contra Estado Islámico , sino que trata de establecer una base estratégica sólida para Rusia en Oriente Medio. Como Moscú consiga forjar una alianza con Teherán y Bagdad, los intereses de Israel estarán en peligro».
Por su parte, Rusia se ha defendido publicando sus propias radiografías de los ataques aéreos, que muestran únicamente posiciones de Estado Islámico en Siria.
Desde ayer el cruce de acusaciones también se produce en torno a la muerte de los primeros 40 civiles tras los bombardeos rusos. Mientras que para el presidente ruso, Vladimir Putin, estas muertes forman parte de un «ataque informativo» de sus opositores, Arabia Saudí ya ha pedido a Rusia que ponga fin «inmediatamente» a los ataques aéreos en Siria , toda vez que estarían afectando a « víctimas inocentes » ajenas al grupo terrorista Estado Islámico, teórico objetivo de los cazas rusos.
Por otro lado, cientos de efectivos iraníes han llegado a Siria en los últimos dos días de cara a participar en una ofensiva terrestre junto a miembros de Hizbolá y del Ejército de Bashar al Asad, según dos fuentes libanesas citadas por la agencia Reuters y que vinculan este despliegue con los bombardeos rusos.
«Los ataques aéreos (de Rusia) estarán acompañados en un futuro cercano por avances terrestres por parte del Ejército sirio y sus aliados», ha dicho una de las fuentes, conocedora del desarrollo político y militar del conflicto en Siria.
Por su parte, el Gobierno de Rusia ha aclarado que no tiene intención de unirse a la coalición contra Estado Islámico que lidera Estados Unidos, al menos en su actual formato, aunque no descarta ampliar su campaña en Siria para bombardear también objetivos en Irak.
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