Miss Irak choca con el integrismo
Las amenazas recibidas por algunas de las participantes y las críticas de los sectores más conservadores obligan a retrasar el concurso de belleza

Cuarenta años después de haberse celebrado por última vez, el renovado concurso de Miss Irak estaba llamado a mostrar al mundo que el país ha evolucionado y ahora es un lugar amable que ha superado sus largos años de guerra y derramamiento de sangre.
Pero al final ha ocurrido todo lo contrario. Los organizadores del evento se enfrentan a la ira de extremistas religiosos y retrógrados líderes tribales que los acusan de atentar contra el islam y la moral pública.
Al menos dos concursantes han decidido retirarse del concurso tras haber recibido amenazas de muerte y los organizadores han tenido que suprimir la prueba de desfile en traje de baño y posponer la final, que iba a ser televisada, por culpa del escándalo desatado.
Sin embargo, la mayoría de los iraquíes apoyan el concurso y casi todas las concursantes han decidido seguir adelante con su participación en un evento que consideran un paso adelante en la normalización de la vida de una sociedad profundamente dividida y traumatizada doce años después de la caída del Sadam Hussein .
«Hay muchos signos de que Irak está acabado, pero concursos como este dan esperanza a la gente para seguir adelante», afirma Senan Kanel, portavoz del certamen y uno de sus jueces.
«Romper tabúes»
Kamel asegura que sus promotores impulsaron Miss Irak precisamente con el objetivo de que los iraquíes superen algunos de los tabúes que todavía imperan en una comunidad que sigue apegada a una visión islámica conservadora y rechaza la exhibición pública del cuerpo femenino. «Lo hicimos deliberadamente de acuerdo a los cánones de la sociedad iraquí y para probar al mundo que Irak es un país civilizado».
Pero todas esas buenas intenciones y consideraciones han sido baldías, al menos de momento, y los organizadores se han visto obligados a posponer al menos hasta el próximo mes de diciembre.