Whisky, el camino más corto para la borrachera argentina del dólar
Los hombres de las finanzas —y los que quieren conservar las suyas— tienen la mira puesta en otro negocio: el de esta bebida alcohólica, pero de primeras marcas
A la soja, en pleno estallido de la oleaginosa, se la bautizó como el oro verde argentino. Al whisky, en medio de la prohibición de libre acceso a las divisas y obstáculos a los productos importados que padece Argentina, ya se le empieza a conocer como el «oro líquido» , la inversión más rentable de los últimos tiempos.
Los ojos de algunos inversores han descubierto una mina mucho más productiva que la compra venta de acciones de futuro incierto . Su entusiasmo, siempre justificado, por metales nada viles como el oro y la plata no parece que atraviese ahora su mejor momento tampoco. Los hombres de las finanzas —y los que quieren conservar las suyas— tienen la mira puesta en otro negocio: el whisky de primeras marcas.
En menos de un año, su valor en Argentina ha aumentado un 90 por ciento. La cifra supera la inflación que hoy se aproxima al 30 por ciento y en el 2014 rozó los 39 puntos, su precio también se sitúa por encima de la evolución del dólar, tanto del oficial como el del mercado negro, paralelo o blue como se conoce en Argentina. La crecida insospechada del whisky desborda el recorrido hecho por el mercado de valores (Merval) y da paso a un negocio redondo, tanto en pesos (moneda local) como en dólares, la divisa favorita de los argentinos.
El diario La Nación detallaba en una crónica reciente que no se trata de comprar cualquier whisky, sino los mejores . La idea no es llenar el garaje de whisky a granel sino decorarlo con una colección de piezas que rocen lo artístico por su edad, calidad, edición limitada (en algún caso) y valor comercial. Entre otras razones porque en Argentina el consumo aumenta cada año, su demanda parece no tener freno y la escasez es notable.
Para ilustrar el escenario, el periódico recogía la opinión de Miguel Ángel Reigosa, presidente de Whisky Malt Argentina, fundador del Museo Nacional del Whisky y considerado el mayor coleccionista privado de whisky del mundo . El experto y coleccionista sugiere, con nombre, apellido y volumen, organizar tres carteras de negocio: una primera de dos mil botellas con «ejemplares» de 12 años de Glenfiddich y The Glenlivet, cuya rentabilidad estimada sería de entre el 60 y el 80 por ciento anual en pesos. La segunda tendría un precio de compra de 10.000 pesos y estaría completa con botellas de Glenfiddich 21 años, The Balvenie 16 años y Johnnie Walker Blue Label que podría generar, según sus estimaciones, un beneficio en torno al 80 por ciento en dólares. Por último, Reigosa aconseja invertir en una bolsa de 25.000 pesos de Glen Grant 50 años y The Balvenie 30 años. La rentabilidad prevista en este caso es de hasta 130 por ciento en dólares.
La pregunta del millón para un argentino es ¿Dónde comprar la mercancía? La respuesta no es única. La primera opción es tratar de ponerse en contacto con empresas importadoras y clubes del whisky. La segunda sugerencia, « aprovechar un viaje al exterior ». En éste último caso, se advierte de las ventajas de comprar en el duty free del aeropuerto internacional de Ezeiza (Buenos Aires) donde se pueden encontrar botellas hasta un 43 por ciento más baratas que en Londres. Las cargas impositivas, los cambalaches con la cotización oficial y otros malabares de la economía argentina permiten este escaparate insospechado hasta hace poco. La situación, para los que no están acostumbrados, resulta insólita pero, hoy por hoy, Argentina también lo es.
Noticias relacionadas