Hollande, del Elíseo al circo callejero

En la prensa escrita, no pasa día sin la aparición de una viñeta o un «chiste» machacando al presidente de la República

Hollande, del Elíseo al circo callejero juan pedro quiñonero

juan pedro quiñonero

Con un 78% de opiniones negativas, 18% de opiniones positivas y un 4% de indiferentes, François Hollande creía imposible caer más bajo. Se puede. El jefe del Estado ha comenzado a convertirse en motivo de chistes tabernarios . Y proliferan las pintadas que lo presentan como un payaso.

En los programas satíricos de la televisión, Hollande es presentado como un calzonazos sin personalidad, sin voluntad, repitiendo «órdenes» que hacen reír. Los humoristas radiofónicos (esenciales en la programación de máxima audiencia) lo han convertido en el blanco preferido de unas parodias siempre más crueles . En la prensa escrita, no pasa día sin la aparición de una viñeta o un «chiste» machacando la efigie de un personaje caído de hinojos en su propia insignificancia.

Gran novedad callejera, la aparición de pintadas en un tono siempre chillón, cruel y circense , presentando a un presidente de la República que tiene rostro de payaso.

La irreverencia puede tener flecos políticos de fondo. En el Marais —un barrio «chic» por excelencia— han aparecido pintadas de un Hollande tocado de payaso, sirviendo de figura central para billetes de un dólar norteamericano . En este caso, la figura circense se presenta en un marco político y económico cosmopolita, devaluado. El payaso nacional sirve de efigie para los billetes más modestos de una potencia extranjera.

Más allá del carácter humorístico de esa degradación implacable de la figura del jefe del Estado, se trata de una erosión cívica muy profunda . Pascal Perrineau, profesor en Sciences Po —uno de los viveros de la clase política francesa—, se pregunta si François Hollande no está llamado a convertirse en el primer presidente de la V República capaz de destruir todas las posibilidades de una futura candidatura a su propia reelección.

De momento, todos los sondeos afirman que Hollande tiene hoy menos intenciones de voto que Marine Le Pen y Nicolas Sarkozy en una hipotética vuelta presidencial. Insensible al desaliento, Hollande no pierde la fe en sí mismo. Y se ha embarcado en una inconfesable campaña de imagen permanente, ofreciendo nuevos temas e ideas a los humoristas que lo toman como blanco.

Hollande, del Elíseo al circo callejero

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación