La detención de otro sospechoso del ataque en Bangkok agudiza la conexión uigur

Las autoridades lo acusan de ser el cabecilla de la red que perpetró el atentado el mes pasado

La detención de otro sospechoso del ataque en Bangkok agudiza la conexión uigur afp

daniel cancela

Tras la detención de un sospechoso del atentado de Bangkok la pasada semana en un apartamento de las afueras de la capital, el Primer Ministro Prayuth Chan-ocha ha confirmado este martes el apresamiento de un segundo hombre involucrado en lo que ha denominado como «la organización mafiosa» que está detrás del atentado del 17 de agosto.

El detenido, que según las autoridades fue interceptado cuando trataba de cruzar de manera ilegal la frontera con Camboya, llevaba un pasaporte chino y es considerado como el cabecilla del entramado criminal que atacó la capital tailandesa.

Los investigadores barajaron desde el día del atentado varias posibilidades entre las que se encontraba el origen islamista del ataque , la represalia por la deportación a China de un centenar de refugiados Uigures e incluso la actuación de bandas de crimen organizado, siempre partiendo del sospechoso de camisa amarilla que se ve en el video de las cámaras de seguridad del Templo Erawan y al que la Policía Tailandesa puso precio. En un acto cuanto menos controvertido, el jefe de la Policía Somyot Poompanmoung afirmó que dicha recompensa le sería otorgada a sus propios hombres «como muestra de que los tailandeses hacen bien su trabajo».

El Primer Ministro no quiso asegurar si alguno de los detenidos era el sospechoso de haber colocado la bomba, pero un portavoz de las Fuerzas de Seguridad Tailandesas declaró tener confianza en que el detenido pueda ser la clave para solución del caso .

Tras el hallazgo en el apartamento del primer detenido, del que todavía se desconoce su identidad y nacionalidad, de varios pasaportes turcos falsificados , la investigación parece inclinarse ahora hacia bandas criminales relacionadas con la trama uigur. Al detenido en Bangkok se le acusa de ser parte de un grupo delictivo que se dedicaba a ayudar a emigrantes uigures ilegales a obtener documentos falsificados, y la policía cree que que el ataque al santuario era una represalia por la ofensiva policial contra su lucrativo negocio, y el segundo sospechoso es, según medios locales, originario de la provincia autónoma de Xinjiang, donde se encuentra la mayor concentración de uigures del país y que desde hace años viene siendo centro de enfrentamientos entre éstos y las autoridades chinas.

Más sombras que luces

La investigación hasta ahora ha dejado más sombras que luces. Hoy mismo, la policía emitió una orden de arresto contra una mujer musulmana tailandesa, Wanna Suansan, a la que acusa de haber alquilado el apartamento donde se hallaron los pasaportes y los materiales para la fabricación de explosivos, pero a las pocas horas la propia Wanna aseguró a un reportero de la Agencia France Press que llevaba viviendo tiempo en Turquía, que la última vez que estuvo en Tailandia fue hace tres meses y que llevaba más de un año sin pisar el apartamento. «Fue un shock enterarme por un amigo de que era sospechosa de participar en el atentado. Pensé que me estaba gastando una broma», declaró la mujer, que dijo haberse puesto en contacto con las autoridades tailandesas para cooperar en todo lo posible.

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