Arranca el juicio en La Haya contra Bosco Ntaganda, alias «Terminator»
El líder rebelde congoleño, que se enfrenta a a 18 causas de crímenes de guerra y lesa humanidad, se declara «no culpable» en su primera intervención en el Tribunal Penal Internacional
![Arranca el juicio en La Haya contra Bosco Ntaganda, alias «Terminator»](https://s3.abcstatics.com/Media/201509/02/rebelde-terminator-congo--644x362.jpg)
Con un lacónico hilo de voz y negando los crímenes atribuidos, el líder rebelde congoleño Bosco Ntaganda se ha presentado este miércoles en el banquillo de los acusados del Tribunal Penal Internacional de La Haya. En el juicio, que arranca tras casi una década de persecución internacional, Ntaganda, alias «Terminator», se enfrenta a 18 causas de crímenes de guerra y lesa humanidad, entre otras cuestiones, por el reclutamiento forzoso de centenares de menores en el conflicto del este de la República Democrática del Congo .
Sin embargo, en un tono prácticamente inaudible, contraste de la barbarie imputada contra su persona, Ntaganda se ha declarado «no culpable» en su primera intervención en la Corte. A buen seguro, la primera de muchas, en un juicio que se prolongará por varios años y donde desfilarán más de dos mil testigos.
Excomandante de la milicia tutsi Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) antes de que esta milicia se integrara en el Ejército congoleño en 2009, no obstante, las causas contra «Terminator» se centran en el periodo entre 2002-2003 .
Éste es el caso de la matanza cometida en la localidad de Mongbwalu a comienzos de noviembre de 2002. Entonces, las tropas de la Unión de Patriotas Congoleños (UPC) lideradas por Jérôme Kakwavu y Ntaganda iniciaban un asedio contra esta localidad minera del este de la República Democrática del Congo. El ataque se prolongó por seis días y al menos 200 personas fueron asesinadas por motivos étnicos.
Del UPC al M23
A pesar de que la justicia Internacional dictó una orden de detención contra Ntaganda en 2006, sus crímenes continuaron. A principios de abril de 2012, decenas de excombatientes del grupo desertaban de las fuerzas estatales, y generaron un nuevo movimiento denominado M23 (según los acuerdos del 23 de marzo de 2009) .
Mientras que para el Gobierno de Kinshasa la única motivación del nuevo grupo era proteger a su líder Ntaganda, los rebeldes siempre han negado esta relación causa-efecto y aseguran que su huida se debía a las «inhumanas» condiciones de vida que sufrían en el Ejército, así como al impago de salarios. «Nuestra revuelta solo pretende que se respeten los acuerdos de paz de 2009», reconocía entonces a ABC el tutsi Bertrand Bisimwa, representante del ala política del grupo armado M23.
Finalmente, acosado por sus enemigos y sin apenas ya aliados en la región, «Terminator» se rendía el 18 de marzo de 2013 en la embajada estadounidense de la capital de Ruanda, Kigali , más por las luchas internas entre las fuerzas rebeldes que por la presión judicial.
Ahora, tras casi una década de persecución internacional, Ntaganda rinde cuentas en La Haya.