Santos pide la mediación de la OEA ante el desafío de Maduro en la frontera
Bogotá apuesta por la diplomacia en el conflicto fronterizo con Venezuela mientras el presidente venezolano denuncia un complot para acabar con su vida
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos , pisa el acelerador diplomático para resolver el conflicto que mantiene con Venezuela desde que su homólogo Nicolás Maduro ordenó el cierre unilateral de la frontera entre ambos países y deportó a un millar de colombianos instalados en el lado venezolano. Si el próximo jueves está prevista una cumbre de Unasur para tratar la crisis a petición de Bogotá, Santos solicitó ayer también la implicación de la Organización de Estados Americanos (OEA). A los intentos de Santos por encontrar una salida diplomática respondió ayer el Gobierno panameño con una oferta para mediar entre Colombia y Venezuela. El problema es la actitud de Maduro, que ayer acusó a Santos de ser partícipe de un plan para acabar con su vida: «Desde Bogotá se está haciendo una campaña para matarme», afirmó Maduro durante su visita oficial a Vietnam. El supuesto complot contaría «con la anuencia y la vista gorda del Gobierno de Colombia».
El foco de la disputa son los poco más de 2000 kilómetros de frontera, en la que son frecuentes los robos, el contrabando y otros delitos. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, ya hizo la semana pasada un llamamiento al diálogo para resolver contenciosos de esta naturaleza. Sin mencionar el caso específico de Colombia y Venezuela, Almagro dijo que es importante «fortalecer la diplomacia para solucionar problemas fronterizos». El pulso entre Bogotá y Caracas se libra en dos instancias. Si la diplomacia venezolana acudió primero a Unasur, un foro regional con 12 estados, la OEA, a la que ahora apela Santos, engloba a 34 países e incluye a los Estados Unidos y Canadá.
El domingo, Santos denunció lo que considera abusos de Venezuela: «Parece increíble que tengamos que decir esto en pleno siglo XXI, pero hemos visto, atónitos, indignados, la deportación arbitraria y el maltrato de compatriotas, por el solo hecho de ser colombianos y de no tener sus papeles en regla».
De la otra parte, Maduro mantiene el estado de excepción que decretó tras un ataque a militares venezolanos en Táchira, del que culpó a paramilitares colombianos, y plantea el asunto como una crisis migratoria motivada por las malas condiciones de vida en el país vecino.
Las razones de Maduro
Pero sus verdaderas razones se antojan otras. El politólogo Carlos Raúl Hernández dijo a ABC que Maduro «busca provocar un conflicto desde hace meses, ante su desesperada situación». Las elecciones legislativas se celebrarán el 6 de diciembre y todas las encuestas le son desfavorables. Caracas intenta además presionar a Bogotá para que no extradite a EE.UU. a dos capos colombianos que podrían arrojar luz sobre los supuestos vínculos con el narco de Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional y uno de los jerarcas más poderosos de Venezuela.
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