Crisis de Gobierno en Francia
La dimisión del ministro de Trabajo, los enfrentamientos entre el titular de Economía con el Partido Socialista y el distanciamiento con Los Verdes arrinconan a Hollande
La dimisión de François Rebsamen (ministro del Trabajo), los enfrentamientos entre Emmanuel Macron (ministro de Economía) y el Partido Socialista, y la implosión fratricida de Europe Écologie Les Verts (EELV) imponen a François Hollande una crisis de gobierno que pudiera estallar con rapidez para evitar la pudrición de varias crisis de fondo.
La dimisión a mediados de agosto de François Rebsamen anunció de manera espectacular convulsiones políticas de cierto calado. El ministro de Trabajo dimitido simboliza el más emblemático de los fracasos del presidente Hollande : 630.000 nuevos parados en tres años, más de 200.000 nuevos parados por año.
Hollande prefirió sofocar el aldabonazo de la dimisión de Rebsamen aplazando la crisis de gobierno. Quince días de crisis larvada han agravado todos los problemas políticos enquistados en el inmovilismo nacional.
Las críticas de Emmanuel Macron, ministro de Economía, contra la semana laboral de 35 horas (una de las grandes reformas emblemáticas de la historia del PS), han sido recibidas por militantes y dirigentes socialistas como una «provocación» , cuando la fronda de la izquierda socialista continúa alimentando una marea negra de fondo.
Sin extinguir los fuegos de la dimisión de Rembsamen y los enfrentamientos entre Macron y el PS, varios dirigentes de Europe Écologie Les Verts (EELV) han presentado su dimisión del partido ecologista, abriendo una nueva «crisis de identidad» del movimiento ecologista francés, dividido entre varias capillas que se disputan la «defensa» (muy tibia) de la política económica de Hollande y la crítica (muy dura) de esa misma política, que ha abierto en canal a las izquierdas socialistas, comunistas y ecologistas, fragmentando la mayoría presidencial, muy agrietada.
La crisis de gobierno anunciada no podrá resolver tal rosario de crisis políticas, que tienen muchos flecos inflamables. Crisis de la identidad socialista (enfrentando a partidarios y adversarios del Pacto fiscal europeo), crisis de alianza de las izquierdas (Hollande se está quedando solo, con un PS igualmente dividido), y crisis de credibilidad nacional y europea.
François Hollande deshoja una marchita margarita con pétalos podridos. ¿Crisis global? ¿Crisis cosmética? ¿Cambios de fondo? ¿Cambios electorales?
Caído en el pozo negro de unos sondeos muy negativos, el presidente de la República desea creer en una próxima «salida de la crisis» , cuando el Instituto Nacional de Estadísticas confirma que el crecimiento económico nacional, entre el 1% y el 1,25%, este año, sigue siendo muy inferior al de España, el Reino Unido o Alemania.
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