La «Angela Merkel» argelina, bestia negra de los conservadores
Nouria Benghabrit, ministra de Educación del país magrebí, se ha convertido en la obsesión de tradicionales e islamistas, que tratan de empujarla fuera del Gobierno
Universitaria de formción francesa reconocida y política de nuevo cuño, la ministra argelina de Educación, Nouria Benghabrit , se ha convertido en la mujer a batir por los conservadores desde que ha decidido afrontar la reforma de una enseñanza en horas bajas. No pocos comparan a Benghabrit con la canciller alemana Angela Merkel, y no solo por lo corto de sus cabellos, sino por su carácter inflexible.
Esta socióloga de 63 años ha sufrido nimerosos ataques sin precedentes desde que a finales del mes pasado decidió introducir el árabe dialectal en unos programas que hasta ahora solo contemplaban el árabe clásico.
Trufado de influencias del español, el francés y el bereber, el árabe dialestal se habla tanto en casa como en la calle. Es con el que toman contacto de la realidad los niños, que después, a la edad de seis años, chocan de manera brusca con el clásico, lo que acaba siendo considerado uno de los motivos del alto fracaso escolar, según los especialistas.
Pero los conservadores consideran el dialectal como impuro y símbolo de una forma de neocolonialismo.
Rumores de dimisión
Una alianza de fuerzas islamistas han reclamado la salida del Gobierno de Benghabrit, que esta misma semana ha desmentido los rumores de dimisión que salieron a la luz en algunos medios electrónicos.
Un diputado de Ennahda, Mohamed Hadibi, ha publicado en su perfil de Facebook una foto de la ministra tachada con el lema «¡fuera!» . Otro, Nacer Hamdadouche, la acusa de encarnar«una amenaza real para los valores del país».
Pero esta del árabe dialectal no es más que una de las batallas que los conservadores e islamistas han abierto contra ella desde que llegó al Ejecutivo en mayo de 2014.
Se trata de un «linchamiento odioso» , ha llegado a decir del acoso a la ministra la comunista y conocida feminista argelina Louisa Hanoune. Para otros, no se trata más que del enorme choque que sigue suponiendo en Argelia que una mujer llegue a estas cotas de poder.
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