Barricadas de fuego agravan el caos en Calais

Los refugiados que aguardan junto al Eurotúnel intentan aprovecharse de la algarada sindical en la organizada por trabajadores de My FerryLink

Barricadas de fuego agravan el caos en Calais afp

luis ventoso

Aunque el asunto no suscitó la atención mediática que levantan ahora los inmigrantes intentando subirse a los camiones, lo cierto es que en los primeros tres días de julio el Eurotúnel sufrió graves interrupciones por una huelga de trabajadores franceses de la empresa de trasnportes por transbordador My FerryLink . Protestaron violentamente por la venta de su firma a una compañía danesa, lo que puede provocar 600 despidos. Prendieron barricadas de fuego a 300 metros de la boca del Eurotúnel y algunas conexiones del Eurostar entre París y Londres llegaron a ser suspendidas, algo que no ha ocurrido con los trenes de pasajeros durante la crisis actual. El atasco en Kent , al lado inglés del Canal de la Mancha, fue insufrible, en días además de insólita ola de calor.

Durante aquellos incidentes, el líder sindical Eric Vercoutre dejó una frase metafórica que ha resultado premonitoria: cortar la malla que protege la terminal del Eurotúnel les resultó «tan fácil como meter un cuchillo en mantequilla».

Ayer unos 300 trabajadores de My FerryLink volvieron a la quema de neumáticos, esta vez en la autopista que lleva al puerto de Calais. Eurotúnel aseguró que a pesar de las aparatosas nubes de humo negro los incidentes no afectaron a la zona del tren, a unos diez kilómetros. Pero lo cierto es que todas las carreteras de la comarca se colapsaron. La algarada sindical dio además nuevas esperanzas a los inmigrantes del llamado «Campamento Jungla», cada vez mejor organizados, que esperaban beneficiarse de la confusión para seguir intentando el asalto a los camiones. Ayer a primera hora de la mañana se descubrió en Dover a dos inmigrantes subidos a la lona del techo de un camión. Habían conseguido el hito de pasar a Inglaterra, cada vez más difícil por la presión policial creciente, y la foto estuvo todo el día en la televisión y las webs inglesas como un ejemplo de la supuesta amenaza que sufre el país.

Mientras se caldea el frente sindical, el de los inmigrantes se serenó. Unos 400 volvieron a intentar asaltar la terminal del Eurotúnel, pero se notó el refuerzo de 120 antidisturbios francesas y la avalancha fue controlada con unas treinta detenciones.

En el frente político, David Cameron, sin sacudirse todavía el «jet-lag» de su viaje a Asia ni tampoco la polvareda por el uso de la palabra «enjambre» para definir a los inmigrantes, convocó a su equipo de crisis, que lleva el aguerrido nombre de «Gabinete Cobra». La presión de los periódicos británicos, con titulares encendidos, obligaba al primer ministro a reaccionar, o al menos a simular que reaccionaba. Los representantes de la llamada prensa conservadora seria, «Telegraph» y «The Times» abrieron con «El Ejército listo para actuar en la crisis de Calais». Un impactante titular que por ahora solo se ha quedado en que se podría habilitar terrenos del ministerio de Defensa en Kent como aparcamientos provisionales de camiones, para aliviar los arcenes de la autopista M20, donde hay 6.000 vehículos atascados a veces hasta 18 horas.

En la prensa amarilla impera ya la histeria: «Calais zona de guerra» («Daily Express») o «El enjambre ya está en nuestras calles» (“Daily Mail”). Cameron afirmó que la situación es «inaceptable». Pero reconoció que la crisis de los atascos en el Canal «no será fácil de arreglar» y puede prolongarse todo el verano. Anunció que el Gobierno británico, que ha comprometido diez millones de euros para actuar en la zona, comenzará de inmediato a instalar una valla de tres metros en la terminal, que es la misma que se utilizó en la cumbre de la OTAN en Gales el pasado septiembre. También enviarán perros rastreadores y aseguran que ayudarán «de todas las maneras que podamos».

Conversación con Hollande

Anoche Cameron conversó con Hollande. Pero como aperitivo, el primer ministro galo, Manuel Valls, exigió al Reino Unido «estar a la altura» de los compromisos firmados. Y es que en septiembre de 2014 los dos países rubricaron un acuerdo bilateral, con una inversión de 15 millones de euros en tres años para reforzar la seguridad en Calais.

Lo que sí van a hacer juntos y pronto es agilizar las deportaciones, costeando y organizando incluso vuelos de repatriación (por ejemplo, uno a Sudán). Es curioso que en el mismo día en que ambos Gobiernos se jactan de que van a acelerar las deportaciones, el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo continúa presionando a España y ayer le exigió información complementaria sobre la expulsión de 75 inmigrantes en Melilla el año pasado. El Tribunal atiende así la denuncia de dos afectados, uno de Mali y otro de Costa de Marfil.

Un portavoz de Londres anunció también que a la vuelta de las vacaciones parlamentarias se propondrá una nueva ley de inmigración, para controlar con más rigor el trabajo ilegal y las peticiones fraudulentas de asilo.

Barricadas de fuego agravan el caos en Calais

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación