El misterioso mulá Omar, de la escuela coránica a perder un ojo contra la URSS
El líder de los talibanes se encontraba en paradero desconocido desde que huyó en motocicleta de Kandahar cuando el régimen integrista estaba a punto de claudicar tras la invasión norteamericana de Afganistán de hace una década
Afganistán ha dado por muerto al mulá Omar, el misterioso líder tuerto de los talibanes. Pero el hallazgo no se queda ahí, sino que los servicios de inteligencia afganos van más allá al apuntar que el tuerto líder islamista habría fallecido en abril de 2013 . Todo ello a pesar de que hace unos meses desde el entorno talibán se publicara una biografía que daba a entender su heróica supervivencia a pesar de la guerra contra la Unión Soviética o la invasión norteamericana. Parecía una muestra de propaganda más ante el auge de Estado Islámico. Sin embargo, hoy la prensa paquistaní informa del sucesor de Mohamed Omar, el mulá Ajtar Mansur , después de que sus seguidores talibanes hayan hecho oficial su muerte.
De la escuela coránica a perder un ojo contra la Unión Soviética , el tuerto mulá Mohamed Omar se encontraba en paradero desconocido desde que huyó en motocicleta de Kandahar cuando el régimen talibán estaba a punto de claudicar tras la invasión norteamericana de Afganistán de hace una década. Se le había dado por muerto en varias ocasiones y su cabeza valía 10 millones de dólares para Estados Unidos, pese a haber perdido prioridad en los últimos años ante el auge de otros grupos como el Estado Islámico.
Hasta la noticia de ayer, la última vez que se le dio por muerto fue en 2011, cuando los medios de comunicación afganos informaron, basándose en fuentes anónimas de los servicios secretos afganos, que el líder de los talibán había sido abatido a tiros por el antiguo jefe de los servicios secretos paquistaníes, el general Hamid Gul. Sin embargo, poco tiempo después, fuentes talibanes desmintieron el fallecimiento de su líder , alegando que se trataba de un ejemplo más de propaganda contra su causa.
Cuatro años más tarde de este suceso y 19 desde que fuera elegido emir de Afganistán, los talibanes publicaban una biografía de 5.000 palabras sobre su misterioso líder en la web «Voice of jihad». «Carismático», «con un especial sentido del humor», «afable» y, especialmente, enemigo de la vida de lujo, el mulá Omar «adoptó un estilo de vida sencillo en todos los aspectos. Viste de forma sencilla, come comida sencilla, habla de cosas sencillas y tiende de forma natural a la franqueza y a la informalidad».
«El 4 de abril de 1996 es un día señalado en la historia del pueblo musulmán. Hace cerca de dos décadas, mil quinientos eruditos del islam, dignatarios y líderes yihadistas de Afganistán aprobaron el nombramiento de Mulá Mohammad Omar como el líder del Emirato Islámico. Hicieron juramento de lealtad hacia él y le confirieron la dignidad de ‘Emir ul Mominin’ (Líder de los Creyentes Piadosos) (...) Para prevenir la falsa propaganda de multitud de escritores, analistas espurios y algunos círculos parciales, nosotros trazamos la vida de su excelencia, en las siguientes líneas».
Leyendas sobre su ojo
Así empieza su biografía, que recorre desde la infancia con su familia de la tribu Hotak, que aglutina a la mayoría de los conservadores pastunes, que llevan «una vida sencilla, sin casa propia ni cuentas bancarias en el extranjero», a sus luchas yihadistas. «A sus veinte años, Omar vivió el sangriento golpe de Estado de los comunistas. Era una época en la que para él y para tantos otros estudiantes (talibanes) era muy dificil continuar con los estudios coránicos. Así que abandonó la escuela coránica (madrasa) por la yihad», continúa. Contra ellos perdió su ojo derecho, uno de sus rasgos característicos. Aunque la leyenda cuenta que fue él mismo quien se lo arrancó y que continuó combatiendo pese a todo.
Según recoge el think tank Cidob, los propios servicios secretos paquistaníes jugaron un papel clave en el desarrollo y posteriores éxitos militares de la revolución talibán. Años más tarde, fue nombrado emir de Afganistán «para combatir la anarquía de los señores de la guerra que reinaba en el país», reza la biografía. Atendiendo a las súplicas de los aldeanos para que hiciera justicia por el secuestro y violación de dos jóvenes a manos de los soldados instalados en la zona, Omar reunió un pequeño grupo de estudiantes de la madrasa con el que liberó a las muchachas, mató a los responsables y colgó el cuerpo del cabecilla del cañón de un tanque.
La biografía incluye muchos detalles sobre las batallas que le llevaron a hacerse con el control de gran parte de Afganistán y que acabaron con éxito en 1997. Según el texto, estas culminaron en un Estado «basado en las reglas y principios puros de la sharia o ley islámica, y después de un largo periodo el mundo volvió a ser testigo de un modelo práctico del gobierno islámico». No hay referencia alguna a Al Qaida, motivo alegado por Estados Unidos para la invasión en 2001.
«Lucharé hasta el último aliento que me quede»
« Lucharé hasta el último aliento que me quede , hasta la última gota de sangre». Los grandilocuentes desafíos del mulá Omar a los Estados Unidos se han quedado en nada, publicaba ABC en 2001, tras perder los talibanes frente al enemigo yanqui. Según escribía el enviado especial de este periódico, Omar sorprendió a propios y extraños con negociaciones para que se respete su vida «a cambio de renunciar al terrorismo». Los que lo conocían bien habrían encontrado esto impropio de su carácter, añade.
Desde entonces se hallaba desaparecido. Aunque esta parecía a priori la causa de la publicación, otros apuntaban a que el objetivo podría ser reivindicar al mulá Omar no solo como el histórico jefe talibán, sino como un «califa» en el imaginario de todos los muyahidines, en un momento en el que el Estado Islámico amenazaba con adueñarse del liderazgo yihadista. « Los talibanes tienen un importante problema de liderazgo en un momento político delicado », señaló a Europa Press Graeme Smith, analista de International Crisis Group.
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