Crisis del sindicalismo italiano
El incendio que paralizó el aeropuerto de Fiumicino en Roma pudo ser un sabotaje
«Es una situación intolerable. Es la segunda vez en pocos meses y no es posible que el principal aeropuerto de Italia se paralice. Ahora, basta», dijo Renzi
« Es una situación intolerable . Es la segunda vez en pocos meses y no es posible que el aeropuerto de Fiumicino se paralice. Ahora, basta. Es impensable que el principal aeropuerto italiano, en alta temporada de verano, esté a merced de incidentes o, peor aún, de malintencionados y delincuentes». Estas durísimas palabras ha utilizado el primer ministro, Matteo Renzi , para comentar la situación crítica que vivió en la tarde de ayer el aeropuerto Leonardo da Vinci de Roma , paralizado durante horas por un incendio provocado en un pinar próximo a las pistas, que fueron invadidas por el humo. El Gobierno teme que sea un sabotaje al aeropuerto y al turismo.
Fiumicino fue un caos, con las carreteras próximas también cortadas. Renzi se puso en contacto con el ministro del Interior, Angelino Alfano, exigiéndole una investigación inmediata por parte de las fuerzas del orden. Han sido fuentes directas de Palazzo Chigi, residencia del primer ministro, las que han referido las dura posición adoptada por Matteo Renzi . Por su parte, el ministro Alfano ha reconocido que «si realmente el incendio que ha paralizado el aeropuerto ha sido provocado intencionadamente, nos encontraríamos ante un acto gravísimo, cuyas consecuencias impactan directamente sobre una de las principales infraestructuras del país, sobre el turismo y la economía», subrayó el ministro del Interior.
El alcalde de Fiumicino, Esterino Montino, manifestó que todo hace indicar que el incendio fue doloso, porque « las llamas se propagaron en dos o tres puntos diversos, lejanos entre ellos », con una linea de fuego de 1,5 kilómetros, afectando a una superficie de 40 hectáreas.
Inevitables han sido los numerosos problemas para los pasajeros. Algunos perdieron sus vuelos y muchos pensaron de inmediato en el último incidente ocurrido en el mismo aeropuerto, el pasado 7 de mayo, cuando se incendió la Terminal 3.
La indignación de Matteo Renzi se explica porque ya es muy grande su preocupación con el caso Roma, cuyo deterioro general y malos servicios están dañando la imagen de la capital italiana.
Los sindicatos, una casta odiada
En especial, las últimas huelgas salvajes en los servicios públicos han indignado a los italianos, particularmente a los romanos, hasta extremos inusitados, poniendo de relieve la crisis institucional del sindicalismo en Italia. « El sindicato desde hace tiempo no es capaz de hacerse cargo de los intereses generales del país . Se concentra en la defensa de sus propios inscritos: pocos trabajadores productivos y, sobre todo, pensionistas y funcionarios públicos». Esta explicación sobre el declinar de los sindicatos la hace el fundador y editorialista del periódico izquierdista «Il Fatto Quotidiano», quien cuenta su experiencia personal: «Mientras en plena huelga esperaba con una multitud de desesperados un metro que nunca habría llegado, he escuchado a muchos, demasiados, atacar verbalmente a "los sindicatos de mierda”». Destaca Padellaro que nadie discute el papel importante que jugaron los sindicatos en la consolidación de la democracia, pero subraya ahora deben cambiar.
«A los sindicatos, todos los odian»
Un libro de investigación sobre los sindicatos, «La otra casta», de Stefano Livadiotti, daba un dato significativo: solo un italiano de cada veinte se siente plenamente representado por las siglas sindicales, y menos de uno de cada diez declara confiar en el sindicato. Eso ocurría hace unos años. Hoy, como titulaba su artículo Padellaro, «a los sindicatos, todos los odian».
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