Cameron promete atajar el islamismo radical pero solo hace propuestas generalistas
El primer ministro británico reconoce que la integración ha fracasado y que el desafío salafista es «el conflicto de nuestra generación»
La sensibilidad ante el terrorismo islamista está a flor de piel en el Reino Unido , sobre todo después de que el pasado 26 de junio un joven pistolero tunecino espoleado por Estado Islámico matase a 38 turistas en un hotel de lujo playero de Túnez, 30 de ellos británicos. Además el asesino más conocido y cruel del grupo, el apodado Jihadi John, es un joven londinense licenciado en informática en una universidad de la ciudad. Del Reino Unido han salido 500 jóvenes musulmanes para combatir en Siria e Irak, entre ellos un chico de solo 17 años, que se suicidó cometiendo un atentado en una refinería de Irak. También se han desplazado al llamado califato adolescentes inglesas que quieren ser «novias de la yihad», y hasta dos hermanas con todos sus hijos.
En este contexto, David Cameron ha presentado este lunes en Birmingham su estrategia para atajar la crecida en su país del extremismo islámico y ha prometido combatirlo en todas sus vertientes, «tanto la violenta como la no violenta». Cameron, que compareció bajo el cartel que emplea últimamente donde reza el lema «Una Nación. Un Reino Unido», reconoció el fracaso de la integración, porque algunos jóvenes musulmanes nacidos ya que Gran Bretaña «tienen poco vínculo» con la sociedad británica. Como ejemplo se refirió a la anomalía de que en uno de los países punteros de la Europa próspera y cuna de libertades se sigan llevando a cabo mutilaciones genitales y matrimonios forzosos.
Sin embargo su programa para hacer frente a un problema que definió como «el mayor conflicto de nuestra generación» fue más filosófico que práctico, con mucho enunciado de temas que se abordarán, pero pocas medidas concretas .
El primer ministro explicó que se trata de abordar cuatro aspectos del problema: la lucha contra una ideología desviada y extrema , el proceso en sí de radicalización, el silenciamiento de las voces musulmanas moderadas y la crisis de identidad de algunos jóvenes británicos de fe islámica.
Como medidas propuso lo que llamó «un nuevo foro de compromiso», encargar un gran estudio sobre cómo se propaga el extremismo y hacer más énfasis en los que llama «valores británicos» . Algo más concretas fueron sus propuestas para otorgar protección y anonimato de por vida a las víctimas de matrimonios forzosos o permitir que los padres que sospechan que sus hijos se han radicalizado puedan solicitar la retirada de sus pasaportes. También se abordará la radicalización a través de internet y en las cárceles, se fortalecerá el papel de los organismos reguladores de los medios y se incentivará más integración en las escuelas.
«Así es como creo que podemos ganar la lucha de nuestra generación », enfatizó el primer ministro solemne. Pero resta casi todo: hacer efectivos esos enunciados.
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