crisis griega

«He perdido el 90% de la clientela»

Los comerciantes de los barrios más populares lamentan la espantada de sus compradores

«He perdido el 90% de la clientela» AFP

begoña castiella

Fotini Kiriazi, una contable que vive en Drapetsona, cerca del Pireo, sabe cuál es la situación real de las pequeñas tiendas de barrio y de los comercios familiares, que si no han cerrado están a punto de hacerlo. Comenta que los mas afectados por la crisis son la clase baja y media y los jubilados .

Al haberse reducido sus ingresos, «no hay consumidores, y sin clientes las tiendas dejan de trabajar. El dinero de la gente normal les alcanza sólo para los primeros quince días , luego se encierran en casa, y ya no pueden comprar nada». Kiriazi también es víctima de esta situación: los pequeños comercios y tiendas de su barrio son sus clientes y ahora la mayoría no solo no la pueden pagar a ella, tampoco pueden pagar la luz, el agua, el IVA. En muchos casos ni siquiera pueden pagar a sus empleados.

La mayoría de los pequeños comercios se ha quedado con el personal mínimo y desde que se convocó el referéndum no se ha vendido casi nada que no sea imprescindible . Aun así, insiste en que «el lugar de Grecia está en Europa pero con condiciones que debemos negociar, no que nos las impongan».

Fin de la generosidad

Lo confirma Spiridúla, de 40 años, propietaria de una modesta tienda de lencería: «Antes, en los buenos tiempos, llegaba a ganar hasta 3.000 euros al mes, pero desde que empezó la crisis los ingresos se fueron reduciendo hasta los 1.000 euros y ahora hay meses que no gano nada. La gente sólo compra lo necesario . Antes había los regalos de Navidades, por Pascua… Mis clientes eran generosos. Pero ahora los ingresos de mi familia han bajado mucho más del 30%.» Aun así Spiridúla, que siente inseguridad pero no miedo, votó por el «no». «Por cuestión de orgullo: creo que hay que mostrar a los alemanes que tenemos orgullo». Hay pocas personas por la calle y no entra nadie en su establecimiento.

En el barrio de Exárjía, el favorito de los estudiantes y de los antisistema en el centro de Atenas, hay más tiendas cerradas que abiertas. Cóstas Yanimélos, dueño desde hace cuarenta años de una cafetería muy popular, «L’Ami», es originario del mismo pueblo que la familia de Tsipras, Athamanio (cerca de Arta, en Grecia central). Era firme partidario del Pasok pero en estas ultimas elecciones apostó por Tsipras y ahora votó «no». Reconoce que su negocio está mal: «He perdido un 90% de clientela. Ya nadie pasa por aquí, no tienen dinero , se van por Omonia (la gran plaza cercana) dónde todo es más barato». Tuvo que cerrar su obrador de pastelería, donde trabajaban cinco empleados a los que debió despedir. Pero aguanta: «He votado “no” para que los alemanes dejen de intervenir en los asuntos de Grecia».

Cerca de esta cafetería está la pequeña tienda de objetos de regalo y joyas artesanales de Sotiris Kariapis, de 55 años. «Esta zona se ha vuelto más pobre. Ahora se ven más tiendas cerradas que abiertas . Llevo 27 años en este vecindario y esto no lo he visto nunca. Y además después de unos meses de tranquilidad hemos vuelto a tener disturbios antes de las elecciones», señala.

«He perdido el 90% de la clientela»

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