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Los griegos creen que el referéndum no les va a sacar de los problemas

Los ciudadanos del país hablan con pasión sobre la consulta, pero al final el pesimismo se impone

Los griegos creen que el referéndum no les va a sacar de los problemas AFP

begoña castiella

Hacía tiempo que la población helena no estaba tan dividida . Basta salir a la calle para comprobar que el referéndum sobre las propuestas de la Unión Europea para salir de la crisis han abierto una brecha en la sociedad griega. No es que a nadie le entusiasmen los recortes propuestos por los acreedores como inevitables. Todo lo contrario . La división está entre quienes creen que no tienen nada más que perder y, además, no creen que el «no» aboque a la expulsión de la UE , y quienes, por el contrario, temen que tal opción sí pueda significar la salida de la Unión y empeorar aun más la situación. Eso sí: unos y otros siguen unidos por el profundo pesimismo que se ha apoderado de toda Grecia .

Vasiliki Davidopúlu está sentada en una cafetería, junto a su móvil y su café. Es una abogada de 33 años que trabaja en su propio despacho, donde se acumula la tarea, pero donde los clientes pagan con dificultad. «Pienso que ganará el "no", y no creo que las cosas cambien ni mejoren. Será una catástrofe . Con el "sí" habría un periodo difícil durante muchos años, pero con una perspectiva de salir de la crisis. Me asusté con la posibilidad de un recorte en todos los depósitos bancarios, pero no me ha hecho cambiar de opinión». Así que Vasilikí votará «sí» a pesar de los rumores que surgieron el viernes y que hablan de un recorte del 30% de todos los depósitos bancarios a partir de los 8.000 euros. Una más de los disparatadas versiones que han recorrido este país, la mayoría favorables al «no».

Contra la troika

En el centro de Atenas, Yorgos Ga lánis, un jubilado de 69 años, exfuncionario y exdirector de una cárcel griega, votará «no». «Nos están preguntando si aceptamos los acuerdos de la troika. Yo voto "no", en contra de quienes controlan y rigen Europa, imponiendo los intereses de los invasores alemanes». Para Galánis, votar «no» tampoco significa negar a Europa, sino votar a favor de un cambio para que Tsipras logre un mejor acuerdo. « El referéndum debe hacerse para que las instituciones comprendan que el resultado de las negociaciones tiene que ser aprobado por el pueblo». Gálanis se ha visto muy afectado por los recortes de los acuerdos anteriores, que le han disminuido un 40% su pensión. «Mucho menos dinero para la pensión, pero el precio de todo sigue subiendo», se queja el hombre.

Entre el «sí» y el «no» se sitúa el escepticismo de Andónis, de 33 años, empleado en una empresa privada. «El referéndum no solucionará nuestros problemas. La gente de la calle no tiene el conocimiento económico para saber qué le están preguntando. Yo me niego a votar "sí" o "no"... No pueden pedir en solo una semana que el pueblo vote algo que no entiende ».

Pero la mayoría sí que tiene formada su opinión. Yánis, empleado en una tienda de decoración, votará «sí». «La pregunta del referéndum no es muy clara, pero votaré "sí" porque prefiero una bancarrota dentro de Europa antes que una bancarrota en los Balcanes. Para mí, el referéndum dará sólo un mensaje, pero no la solución. Y creo que habrá recortes de los depósitos de todas maneras, así que no me asusta».

En cambio, Crisóstomos Hártalos , de 41 años, un pequeño empresario con una gran sonrisa y coleta, votará «no». Quiere el regreso del dracma. «Cualquier acuerdo es perjudicial para Grecia. Para mí el "no" significa salir del euro y lo prefiero, porque quiero que mi país pueda controlar por sí mismo su economía y sus bancos. La UE es como si fuera una empresa, en la que los países son sus sucursales, y los ciudadanos, sus empleados. Les pagan con préstamos y les cobran además los intereses».  

Kiriakos Kakulídis, un cuidado setentón, es favorable al «sí» y se muestra indignado con sus autoridades. «Este Gobierno, tras cinco meses de renegociaciones, pone encima de mis hombros la responsabilidad de aceptar o no los acuerdos: es injusto». Para Kiriákos, si gana el «sí» se abrirá la posibilidad de ir a elecciones generales y elegir a un nuevo Gobierno «más inteligente». «Me gustaría un gobierno de unidad nacional. Con el "no" no sólo saldremos fuera de la Eurozona, sino también de Europa».

En cambio, el taxista Ierothéos Koroyánis se muestra totalmente en contra: «No se trata de salir o quedarse en Europa. No estoy a favor de volver al dracma, pero creo que habrá una solución y que esta será mejor para nosotros con el "no"». Por su parte, la médica Angeliki también se suma al «no». «Me preguntan si votaré a favor de más recortes, y yo votaré "no". No creo que eso vaya a significar una salida de Europa». Angeliki se muestra convencida de que votar «no» significa «reunir fuerzas para negociar mejor, ya que se tendrá que respetar el deseo de los griegos».

Los griegos creen que el referéndum no les va a sacar de los problemas

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