Absuelto por problemas mentales el joven londinense que decapitó a una anciana

Los psiquiatras certifican que padecía esquizofrenia paranoide y tomó a la víctima por un demonio

luis ventoso

Pamira Silva, de 82 años y antepasados italianos, fue decapitada en septiembre del año pasado en el jardín de su domicilio de Edmonton , al norte del gran Londres, por un perturbado de 25 años, Nicholas Salvador, reducido por la policía tras un tiroteo. Ahora la Corte de Justicia de Old Bailey ha declarado inocente a Salvador, porque considera que cometió el crimen en estado de absoluta enajenación mental. Dos psiquiatras han diagnosticado que sufría un brote de esquizofrenia paranoide que lo llevó a tener visiones y confundir a la mujer con una criatura demoníaca de la que creía defenderse. Los familiares de Palmira rompieron en lágrimas al escuchar el veredicto.

Salvador se encuentra actualmente en la prisión londinense de Belmarsh , pero será ingresado, sin previsión de salida, en el hospital psiquiátrico de máxima seguridad de Broadmoor.

El modus operandi del desequilibrado, que blandía un gran machete curvo, se asoció en un primer momento con la amenazada de Estado Islámico , pero la policía descartó al instante cualquier vinculación con el terrorismo. Los vecinos apuntaban que el homicida se había convertido recientemente al Islam, pero las investigaciones confirmaron que el asesinato no guardaba ninguna relación con el salafismo.

Felino gigante

El agresor irrumpió en el barrio, una zona de casas con jardín al frente, esgrimiendo en alto su machete y profiriendo gritos contra los gatos y diciendo que se le había aparecido la cabeza de un felino gigante. Primero intentó atacar a dos personas en la calle, que lograron huir, luego mató a un gato y cometió destrozos en varios jardines. Al final irrumpió en la parcela de Palmira Silva y la mató en el acto cortándole la cabeza. La policía lo arrestó en el interior de una vivienda tras un tiroteo. Varios agentes sufrieron cortes.

La tensión fue enorme en el barrio, con los agentes desalojando a vecinos. Palmira Silva es recordada como «una mujer dulce y encantadora». Era viuda y abuela, y muy conocida en la zona porque su familia regenta el café Edmont Greenpeace, al que seguía acudiendo cada día a trabajar. Su nieta dice que todavía hoy le es casi imposible estar sola en la casa donde murió su abuela, por el recuerdo del aterrador asesinato.

Absuelto por problemas mentales el joven londinense que decapitó a una anciana

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