Cameron lanza su batalla ideológica para recortar el gasto social
Recortará las ayudas en 16.700 millones de euros y quiere sueldos más altos, menos impuestos y menos subsidios
El Partido Conservador reconoció antes de las elecciones que si seguía gobernando rebajaría la factura del Estado del bienestar en 12.000 millones de libras (16.700 millones de euros). Ahora llega la hora de cumplirlo y David Cameron ha convertido el ajuste en un debate ideológico, una cuestión de filosofía política, que se resumen en esta frase de su discurso de ayer sobre el tema: «Queremos pasar de una sociedad de sueldos bajos, impuestos altos y Estado del Bienestar alto, a otra de sueldos más altos, menos impuestos y menos Estado social». Es decir, quiere aprovechar que ahora Gobierna en solitario para implantar su programa liberal.
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El ministro de Economía, George Osborne , recordaba el domingo en una tribuna en la prensa que el Reino Unido supone el 1% de la población mundial, el 4% de su PIB y el 7% de su gasto en sistemas de bienestar, que aumentó un 38% durante la anterior administración laborista. «El sistema que heredamos atrapa a la gente en la dependencia y desincentiva la búsqueda de empleo. Con demasiada frecuencia los que trabajan duro y hacen lo correcto son castigados mientras que se recompensa a los que hacen lo equivocado», escribió.
«un ridículo tiovivo»
Cameron cree que el modelo actual de ayudas sociales ha creado «un ridículo tiovivo», en el que «el Gobierno cobra impuestos a la gente con salario mínimo y luego se lo devuelve en ayudas sociales». Para acabar con el círculo vicioso , ha prometido liberar del impuesto sobre la renta a quienes cobran el salario mínimo. Pero el reverso de esa buena noticia para los desfavorecidos son los recortes en sus ayudas, que se harán principalmente reduciendo los llamados «tax credits», cantidades que ingresa el Estado británico a trabajadores de rentas bajas. El ajuste dejará sin sus «tax credits» a 3,7 millones de familias, que perderán casi 2.000 euros al año.
Cameron quiere ir desmantelando la subcultura de la subvención, «porque el trabajo es siempre la mejor opción» . Y puede jugar una carta tan audaz gracias a que el país va camino del pleno empleo, con una tasa de paro del 5,5%. Los laboristas lo acusan de «golpear a los más vulnerables y destruir los servicios públicos».