Putin anuncia nuevos misiles nucleares y resucita el fantasma de la guerra fría

Desplegará este año cuarenta nuevos cohetes balísticos intercontinentales y el secretario de la OTAN le recuerda que defenderá a los países de la alianza

Putin anuncia nuevos misiles nucleares y resucita el fantasma de la guerra fría reuters

rafael m. mañueco

Tres días después de que se supiera que el Pentágono se propone enviar tanques al este de Europa como elemento «disuasorio» ante un posible ataque de Rusia, el presidente Vladímir Putin ha ido mucho más allá y amenaza directamente con el uso del arma nuclear. Lo hizo ayer en Kubinka, en las afueras de Moscú, durante la apertura del foro internacional técnico-militar «Armia-2015» (Ejército-2015).

«Este año, más de 40 nuevos misiles balísticos intercontinentales, capaces de burlar los sistemas de defensa antiaérea más sofisticados, pasarán a formar parte de las fuerzas nucleares rusas», anunció Putin desde la tribuna habilitada en el recién creado «Park Patriot». Se da la circunstancia de que, según los datos declarados en los acuerdos de desarme nuclear, el país eslavo cuenta con más de 4.000 cabezas atómicas, de las que unas 2.600 están desplegadas. Para que las mortíferas cargas lleguen a su destino, Rusia dispone de casi un millar de misiles, 79 bombarderos y una quincena de submarinos.

Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, criticó ayer el «ruido de sables nuclear» de Rusia y consideró que la actitud del presidente de ese país, Vladímir Putin, es «injustificada, desestabilizadora y peligrosa». «Este ruido de sables nuclear de Rusia es injustificado, desestabilizador y peligroso», dijo Stoltenberg en una rueda de prensa junto al presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, en Bruselas. «Hemos visto que Rusia está invirtiendo más en Defensa, sobre todo en capacidades nucleares (...), además está usando retórica nuclear», indicó el secretario general de la OTAN, quien afirmó que aplaude «todos los esfuerzos para defender y proteger a los aliados», en referencia a los planes de Washington desvelados el pasado domingo de enviar tropas y material de guerra a las repúblicas bálticas y otros paises que pertenecieron al Pacto de Varsovia. Stoltenberg consideró que Rusia ha cambiado la manera en la que comunica su estrategia de defensa y señaló que las últimas declaraciones de Putin confirman un comportamiento más agresivo de Rusia desde hace un tiempo.

Rápida renovación

Según manifestó el máximo dirigente ruso, también este año será botado el nuevo submarino nuclear «Vladímir Monomaj» y puestas en funcionamiento dos nuevas estaciones de radar para detectar posibles ataques con cohetes. Durante su alocución habló en general de la modernización a la que va a ser sometido el Ejército ruso con nuevos tanques, blindados, aviones y helicópteros. «La proporción de armamento moderno llegará al 70 por ciento hacia 2020 (...) y en algunos casos al cien por cien», aseguró Putin. Insistió en la necesidad de fortalecer la llamada «triada nuclear», constituida por los misiles intercontinentales, los submarinos atómicos y la aviación estratégica.

Desde la llegada de Putin al poder, hace quince años, el país inició la senda del rearme. Los dos argumentos esgrimidos constantemente por el Kremlin para justificarlo han sido la ampliación de la OTAN hacia las fronteras rusas y el despliegue del escudo antimisiles estadounidense. Ahora se une un tercer argumento, las tensiones surgidas a raíz de la anexión de Crimea y la guerra en el este de Ucrania.

Occidente acusa a Moscú de haber violado las leyes internacionales incorporándose Crimea y prestando ayuda militar, incluyendo armas y hombres, a los separatistas que combaten en Donetsk y Lugansk. Estados Unidos, la UE, Canadá, Japón y Australia adoptaron el año pasado sanciones contra Rusia, mientras la OTAN ha reforzado su dispositivo militar en países de Europa oriental como Estonia, Letonia, Lituania, Hungría, Rumanía y Bulgaria.

El lunes, el Ministerio de Exteriores ruso difundió un comunicado advirtiendo que la idea de Washington de emplazar fuerzas y material pesado en el este europeo tendrá «peligrosas consecuencias». «Esperamos que el sentido común prevalezca y que la situación en Europa no se vea arrastrada a una nueva confrontación militar». Poco antes, el general ruso, Yuri Yakúbov, advertía de que Rusia responderá a la presencia militar de EE.UU. cerca de sus fronteras. «Si el armamento pesado de EEUU, compuesto por tanques y sistemas de artillería, es instalado en los países bálticos y la Europa del Este, será el paso más agresivo del Pentágono y la OTAN desde los tiempos de la Guerra Fría», manifestó Yakúbov. Precisamente ayer comenzaron unas nuevas maniobras aéreas en las proximidades de Crimea mientras continúa el debate sobre si Moscú debe armas nucleares en la península.

La posibilidad de una guerra atómica es uno los elementos que forman parte de la actual propaganda antioccidental atizada por los medios de comunicaciones oficiales rusos. Tal riesgo se ve por una parte de la sociedad rusa como algo asumible, casi inevitable e incluso necesario, ya que, según los especialistas próximos al Kremlin, Rusia estaría en condiciones de ganar esa contienda. El politólogo Serguéi Márkov, miembro de uno de los órganos asesores de la Presidencia rusa, dijo el año pasado que «el antisemitismo originó la Segunda Guerra Mundial y la rusofobia podría provocar ahora la tercera».

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