«Aquí no aceptamos refugiados»
Suleikha Ismail, refugiada de Somalia y madre de siete hijos, relata las trabas que tuvo que superar en la Embajada de España en Nairobi para pedir asilo. Ocho años después tiene dos nietos españoles
El de Suleikha Ismail, de 49 años, es un caso raro, una excepción que confirma las enormes trabas que tienen los refugiados para ser reconocidos . Esta mujer decidió hace ocho años abandonar su país, Somalia, «sin gobierno» y en manos de «grupos armados», cuenta. Se considera afortunada frente a esos vecinos y conocidos suyos que yacen ahogados en el fondo del Mediterráneo. «Casi la mitad de los que mueren camino de Italia son de mi país» , afirma esta mujer que hoy en día está asentada en España y trabaja en la ONG Comisión Española de Ayuda al Refugiados (CEAR) .
Pero llegar hasta aquí no fue fácil. Decidió organizar la salida de la familia desde Somalia de manera escalonada. Primero envió a cuatro de sus hijos, todos menores. «Llegaron gracias a un camionero hasta Nairobi», capital de Kenia, y fueron a pedir asilo a la Embajada de España. «Aquí no aceptamos refugiados. ¿Dónde están vuestros padres? Idos de aquí». Esa fue la respuesta que recibieron los niños de las autoridades españolas, que llamaron a la Policía.
Este sábado se celebra el Día Mundial de Refugiado y CEAR, que ha presentado su informe anual este miércoles en Madrid, pretende concienciar de la necesidad de que países como España respeten la legislación de la que son firmantes, en este caso la Convención de Ginebra. Con el caso de Suleikha Ismail pretenden demostrar que son muy pocos los que acaban accediendo a pedir asilo y recibir el estatuto de refugiado. Estaña está «a la cola de Europa en el compromiso con las personas refugiadas» , denuncia CEAR en su informe.
España. a la cola
De las 625.000 solicitudes de asilo gestionadas en Europa en 2014 solo 5.900, es decir el 0,9 por ciento , se llevaron a cabo en España frente al tercio de todas ellas que recibió Alemania. Esto se debe al «blindaje de las fronteras» por parte de las autoridades españolas con la colaboración de la Unión Europea, denuncia Estrella Galán , secretaria general de CEAR. Eso es lo que lleva a miles de personas a «jugarse la vida en rutas más peligrosas» como la de Libia a Italia.
«El camino hacia Libia es muy peligroso y después espera el mar. Hay que tener mucha suerte para llegar vivo a Italia», comenta Suleikha Ismail. La hermana de la refugida somalí, que residía en España, fue la que pidió ayuda al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) cuando los niños fueron rechazados en Nairobi por las autoridades consulares españolas. Primero lograron que los cuatro niños pudieran pedir asilo. Después lo hizo la madre con los otros tres, de 6, 8 y 9 años. «Para mí fue más dácil, porque en la Embajada ya conocían micaso», señala. Hoy una de las hijas de Suleikha está casada con un español y tiene dos hijos españoles, cuenta la mujer con orgullo.
Insolidaridad europea
En todo caso, «España no puede presumir de solidaridad», concluye Estrella Galán. Son necesarias «medidas viables» para poner fin al actual drama que se vive en el Mediterráneo , señala la secretaria general de CEAR. Decenas de miles de miles de inmigrantes y refugiados llegan a las costas de Italia y muchos cientos mueren ahogados en el camino. Galán acusa también de «insolidarios» a los países de la UE con Italia.
España abrió a finales de 2014 unas oficinas en la frontera de Melilla, lo que ha posibilitado que cientos de sirios pidan asilo donde antes no era posible. Pero, CEAR recuerda que ni un solo ciudadano de países subsaharianos ha podido solicitar asilo en esas instalaciones. Esta ONG recuerda, además, que esa ciudad norteafricana española sigue siendo escenario de «devoluciones ilegales» de personas hacia territorio marroquí y que el Gobierno justifica a la sombra de la nueva Ley de Seguridad Ciudadana.
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