¿Por qué EE.UU. no se olvida de Al Qaida pese al auge del Estado Islámico?
Estados Unidos ha tratado de acabar con dos de las principales cabezas de la hidra yihadista: quien fue el líder de AQ en el Magreb hasta 2012 (aún por confirmar su muerte) y el de Yemen y número dos de la matriz
Estados Unidos ha lanzado esta semana una serie de ataques estratégicos para acabar con dos de las principales cabezas de la hidra yihadista de Al Qaida (AQ). Primero fue la supuesta muerte, aún por confirmar, del tantas veces resucitado Mojtar Belmojtar , jefe de Al Qaida en el Magreb (AQMI) hasta 2012 y autor del secuestro masivo de enero de 2013 en una plantación de gas en Argelia. Ayer, Al Qaida en la Península Arábiga (AQPA) anunciaba el asesinato de su líder y número dos de la rama yihadista, Nasir al Wahishi, tras disparos de un dron norteamericano . Todo ello confirma la importancia que continúa teniendo Al Qaida para EE.UU. pese al auge de Estado Islámico (EI).
Acabar con Al Wahishi, aunque haya sido rápidamente suplido por Qassim al-Raimi, para Estados Unidos significa restar capacidad a la célula yihadista con mayor alcance global y experiencia técnica, según publicaba «Wall Street Journal» tras el atentado de Charlie Hebdo, reivindicado por AQPA . Pero no solo fue París, sino esta organización ha orquestado atentados con más éxito en Occidente, incluso en los Estados Unidos, que Estado Islámico. Aún continúa bien presente el monstruo de Al Qaida para los gobernantes estadounidenses 14 años después del 11-S.
«Aunque seguirán en sus esfuerzos de poner en peligro a los Estados Unidos y nuestros intereses, la muerte de Wahishi elimina del campo de batalla a un líder terrorista experimentado y nos acerca a la victoria sobre estos grupos », dijo ayer el portavoz del Consejo Nacional de Seguridad del presidente Obama, Ned Price, en un comunicado.
El crepúsculo de Al Qaida lo han aventurado incluso clérigos próximos a la organización yihadista. Hace unos días Abu Qatada y Abu Muhamad al Maqdisi alertaron de que la banda terrorista internacional se encuentra casi inoperativa y ha quedado destrozada por los daños derivados de la escisión de Estado Islámico.
Sea como fuere, el objetivo último de Al Qaida ha sido atacar a Occidente en Occidente por haber llevado a la desgracia al mundo árabe, colocando según la retórica yihadista a líderes títeres que no han aplicado el verdadero islam, suní, el de Mahoma y el de sus cuatro sucesores en la Tierra.
La pérdida de estos líderes significa dar paso a otros más afines a la estrategia aún más despiadada de Estado Islámico. «Lo que estamos empezando a ver ahora con esa generación que va es que las personas que están a favor del método de hacer las cosas del EI están subiendo de jerarquía », dijo el director del Centro terrorismo y la insurgencia IHS Jane, Matthew Henman, para «USA Today».
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