Un hombre dispara contra el cuartel de Policía de Dallas y muere al ser acorralado
La agilidad del atacante hizo creer a varios testigos que los disparos estaban siendo realizados por varias personas
La posibilidad de un atentado terrorista contra el cuartel central de la Policía Local de Dallas (Texas), en el que inicialmente parecían haber intervenido varias personas armadas, mantuvo ayer en vilo a las autoridades estadounidenses. Finalmente se comprobó que solo se había tratado de un atacante y que este en realidad aseguraba protestar por la denegación de la custodia de un hijo . Tras darse a la fuga y ser acorralado por la Policía, el hombre murió presuntamente por los disparos de un agente de una unidad de élite. Ningún policía resultó herido en el ataque al cuartel ni en la persecución posterior.
Poco después de la medianoche del sábado, un hombre que había estacionado una furgoneta frente a la puerta del cuartel central de la Policía de Dallas comenzó a disparar contra la puerta y otras partes del edificio. Por suerte, el agente que estaba de guardia en la entrada del cuartel se había ausentado de su puesto para ir a buscar una bebida a una máquina de refrescos situada en otra parte de las dependencias.
La agilidad del atacante, que luego se identificó a sí mismo como James Boulware, hizo creer a varios testigos que los disparos estaban siendo realizados por varias personas .
Ante dos recientes intentos de ataque a policías, uno de ellos en Texas, por radicales inspirados por la propaganda del Estado Islámico, en un principio se temió que el episodio de Dallas obedeciera al plan de un comando terrorista .
La agresión fue repelida desde el cuartel mediante disparos del personal que se encontraba en el edificio y el atacante huyó en su furgoneta . Se produjo entonces una persecución, hasta que el vehículo quedó acorralado en un aparcamiento del barrio de Hutchins. Los agentes establecieron una negociación por teléfono móvil con el hombre.
El había llamado primero al 911, el número de urgencia policial, y en esa llamada se identificó y echó la culpa a la Policía por haber perdido la custodia de su hijo debido a que «le acusaba de ser un terrorista» . Las autoridades no han aportado más información que sirva de contexto para esas afirmaciones. A partir de esa llamada la Policía pudo dar con su número y entonces se abrió un diálogo.
En la negociación el hombre también a seguró haber dejado bombas caseras en el cuartel de Dallas (dos artefactos fueron luego encontrados en el exterior del edificio y explosionados por los artificieros), y tener consigo en la furgoneta otros explosivos.
Hacia las 5 de la mañana, por el temor a que el hombre hiciera estallar esas bombas, un francotirador de la Policía le disparó. Hasta que robots de los artificieros no alcanzaron el vehículo e hicieron explosiones controladas no se pudo acceder hasta el cadáver del atacante . Todo indica que murió del disparo del francotirador, antes de las explosiones.
En el cuartel policial varios coches patrulla quedaron completamente acribillados. Algunos vecinos relataron las escenas del intenso tiroteo. «Esto es realmente el salvaje oeste», escribió uno de ellos en Twitter , donde también colgó vídeos de lo que estaba pasando. «Es como Beirut», comentó otro.
La Policía tardó en ofrecer una versión oficial de lo que estaba ocurriendo, lo que contribuyó al principio a dar credibilidad a la posibilidad de que se tratara de un ataque perpetrado por un comando de extremistas islámicos. A media mañana, el jefe de Policía de Dallas, David Brown, concretó que el atacante había actuado en solitario en su acción, aunque las investigaciones tienen que determinar si alguien más ayudó en la preparación de los explosivos o participó en idear el plan.
La Policía desmintió versiones previas según las cuales al menos había habido dos atacantes , y que uno habría quedado en el área del cuartel cuando el otro entró en la furgoneta para huyó del lugar.
El portavoz policial también precisó que nadie había resultado herido en el tiroteo registrado a las puertas del cuartel central de Dallas, si bien el ataque había producido desperfectos tanto en el edificio como en varios coches patrulla que estaban aparcados frente a la puerta del inmueble.
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