Valls gastó cerca de 16.000 euros públicos para viajar a la final de la Liga de Campeones
El primer ministro francés utilizó dinero oficial para viajar junto a su esposa e hijos al juego entre Barcelona y Juventus en Berlín
La pasión futbolística de Manuel Valls por el Barça se ha transformado en un escándalo político, tras la revelación de la presencia de su segunda esposa y dos hijos de su primer matrimonio en el avión gubernamental utilizado por el primer ministro de Francia para abandonar el congreso socialista de Poitiers y asistir a la final de la Liga de Campeones, en Berlín, el viernes pasado.
El viernes por la mañana, Valls participó en el congreso socialista con un discurso muy crítico contra Nicolas Sarkozy, para intentar «congraciarse», en vano, con la izquierda socialista.
Horas más tarde, el primer ministro francés, nacido en Barcelona, se desplazó a Berlín para asistir a la final que terminó con la victoria del Barça. Valls se apresuró a regresar a París, para dejarse ver, de nuevo, el sábado, en las gradas de Roland Garros y, finalmente, en el «fin de fiesta» del congreso del PS, en Poitiers.
Tres días más tarde, esas idas y venidas se han transformado en un campo de minas inflamables. BFM TV, cadena de información permanente, ha revelado que su segunda esposa y dos hijos acompañaron a Valls en el viaje de ida y vuelta a Berlín. «L'Obs» y «Le Point» calculan que la factura del «viaje de recreo futbolístico» de Valls oscila entre los 12.000 y los 20.000 euros. Otros medios de prensa hablan de un costo cercano a los 16.000 euros.
Factura pagada por los contribuyentes, con cargo al erario público. Detalle políticamente incendiario en tiempos de crisis y austeridad, que comenzó por ser muy mal recibido en los pasillos del congreso socialista de Poitiers. Un largo rosario de militantes citados por «Liberation» han comentado con tristeza y amargura la «ligereza» de un primer ministro «obsesionado» con la comunicación publicitaria.
Ante las críticas, el presidente Hollande ha intentado justificar personalmente el viaje de su primer ministro , alegando una «negociación» en curso con la UEFA. Negociación que no justifica en ninguna medida la presencia en el avión gubernamental de dos hijos del primer ministro.
Menos comprensivo, el matutino «Liberation» escribe: «Que el primer ministro diga que trabaja mucho y necesita algún momento de recreo, avanzando pseudo argumentos diplomáticos plantea un problema de fondo. Las escapadas deportivas de Valls eran el colofón de una semana dominada por una nueva explosión del paro: más de 641.000 parados en tres años. El primer ministro se ha hecho un lío, dando un traspiés ética y socialmente incorrecto».
Noticias relacionadas