Morir a los 22 años por anteponer la lista de deseos al trasplante de órganos

Una joven de 22 años enferma terminal ha tomado la decisión de rechazar el trasplante de un nuevo corazón y pulmones para poder estar lo suficientemente bien como para marcar las casillas correspondientes en su a lista de «cosas que hacer antes de morir», según el diario Mirror.

Channan Petrides, que sufre de fibrosis quística , tomó la decisión de anteponer la lista al trasplante después de sopesar los riesgos ocultos que la operación plantea. Los médicos le dijeron que había una posibilidad de que pudiera morir en la mesa de operaciones, o que sus órganos podría fallar después de solo seis meses.

Así Channan, que ha sido informada por los médicos que tiene alrededor de un año de vida, ha decidido que quiere disfrutar al máximo del tiempo que le quede. Se lo ha comunicado a sus seres queridos, quienes en un principio lucharon para que cambiara su decisión, pero ahora la respetan totalmente.

«Sé que he tomado un riesgo enorme, pero quiero disfrutar el tiempo que me queda, en vez de esperar a recibir una llamada que puede no llegar nunca», ha dicho Channan. «Nadie me podía decir con certeza que el trasplante iba a funcionar, y yo no habría sido capaz de hacer nada en mi lista por el riesgo de infección»

«La fibrosis quística hace que sientas tener una bolsa de plástico en la cabeza y respiras a través de una paja por lo que una gran cantidad de pacientes que se hacen trasplantes tienen que aprender a respirar de nuevo, ya que no están acostumbrados a tomar esa cantidad de aire. Si me aseguraran que puedo vivir otros veinte años, por supuesto que lo haría», ha dicho la joven.

La fibrosis quística es una enfermedad hereditaria. Es causada por un gen defectuoso que lleva al cuerpo a producir un líquido anormalmente espeso y pegajoso llamado moco. Este moco se acumula en las vías respiratorias de los pulmones y en el páncreas. La acumulación de moco ocasiona infecciones pulmonares potencialmente mortales y serios problemas digestivos.