Orbán da marcha atrás y dice que Hungría no introducirá la pena de muerte
El primer ministro reconoce que «la situación es clara», ya que «ningún país miembro puede introducir medidas que sean contrarias a la Carta de Derechos Fundamentales de la UE»
El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, se distanció hoy de la pena de muerte y aseguró que su país no tiene intención de introducirla, lo que para la Comisión Europea hubiera sido una razón para expulsar al país centroeuropeo de la Unión Europea (UE).
«Hungría no tiene esas intenciones (de introducir la pena de muerte)», manifestó el polémico mandatario conservador nacionalista al margen de una conferencia celebrada hoy en la capital magiar en honor al excanciller federal alemán Helmut Kohl.
Orbán, quien había causado hace unas semanas consternación e indignación en Europa al decir que había que hablar nuevamente sobre la pena de muerte, declaró hoy que es consciente de que esa condena no puede ser reintroducida en la UE.
«Causa de divorcio»
El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, advirtió en una entrevista publicada este lunes por el diario alemán «Süddeutsche Zeitung» que la introducción de la pena de muerte en Hungría sería una «causa de divorcio». «El que introduce la pena de muerte no tiene lugar en la UE», sentenció Juncker.
En este sentido, Orbán reconoció hoy que «la situación es clara», ya que «ningún país miembro puede introducir medidas que sean contrarias a la Carta de Derechos Fundamentales de la UE».
Con ello, parece quedar zanjado el debate en torno a la pena de muerte en Hungría, que llevó al primer ministro incluso al Parlamento Europeo para explicar su punto de vista.
Por otra parte, el controvertido jefe de Gobierno magiar señaló hoy que los flujos migratorios desde Oriente Medio y África, que enfrenta la UE en la actualidad, podrían "transformar la imagen de la civilización europea de una manera irreversible".
Criminalizar a los inmigrantes
«Hay que ocuparse seriamente del éxodo y la inmigración, porque de una Europa multicultural no hay vuelta a la Europa cristiana ni al mundo de las culturas nacionales», aseveró.
El Gobierno húngaro, que cuenta con una clara mayoría en el Parlamento desde su primera llegada al poder en 2010, inició hace un mes una «consulta popular» mediante un cuestionario enviado a todos los hogares del país.
Los críticos, como el Parlamento Europeo y la oposición de izquierdas, dicen que Orbán trata de «criminalizar» a los inmigrantes con esta encuesta.
Hungría, un importante país de tránsito para los inmigrantes, es uno de los estados que más refugiados con solicitud de asilo político ha acogido en Europa en los últimos meses.
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