El nuevo partido de Sarkozy debuta con divisiones y enfrentamientos internos
Los militantes de Los Republicanos abuchean al exprimer ministro Alain Juppé, más dispuesto a pactar con el centrismo
La refundación de la derecha liderada por Nicolas Sarkozy ha comenzado confirmando división y enfrentamientos en la cúspide de su nuevo partido , Los Republicanos. Un 73 % de los lectores del diario «Le Figaro» (conservador) que han participado de un sondeo de urgencia creen que «Sarkozy no ha conseguido unir a la derecha».
La inmensa mayoría de esos lectores contemplaron la tarde del sábado, en directo en la TV, el espectáculo de los militantes del nuevo partido, partidarios de Sarkozy, abucheando largamente a Alain Juppé, uno de los líderes históricos del conservadurismo francés.
Tras ese abucheo, Sarkozy tomó la palabra en el congreso y declaró: «Cualquier partido, y en particular el nuestro, puede estar orgulloso de tener entre sus miembros más influyentes a un hombre de estado como Alain Juppé».
Juppé fue primer ministro de Jacques Chirac y es el líder conservador que tiene mejor cota en la mayoría de los sondeos nacionales. Su discurso y el de Sarkozy, en el congreso fundador de Los Republicanos, dejaron al descubierto dos líneas políticas paralelas pero sensiblemente distintas.
Sarkozy encarna una derecha «sin complejos», usando un lenguaje «directo y enérgico». Juppé encarna una derecha mucho más proclive al entendimiento con los centristas que no se han integrado en Los Republicanos.
El abucheo de los partidarios de Sarkozy contra Juppé, en el congreso fundacional de Los Republicanos, ha abierto tensiones y enfrentamientos de cierta gravedad.
Nathalie Kosciusko-Morizet, número dos de la Unión por un Movimiento Popular (UMP, el partido enterrado con la fundación de Los Republicanos), resume las tensiones en la cúspide política de la derecha: «El comportamiento de los militantes con Alain Juppé es intolerable. Algo peor que un fracaso. Nuestro partido no puede dar muestras de una división tan lamentable, el mismo día de nuestra refundación».
Juppé, por su parte, no oculta sus divisiones de fondo con Sarkozy cuando declara, aludiendo a rival y sus amigos dentro del partido: «Entre los militantes, siempre hay algunos grupitos de histéricos. Bueno. La cuestión de fondo no es esa. Personalmente, no tengo ningún complejo a la hora de criticar al poder socialista . Pienso que la política que se ha puesto en práctica, desde el 2012, ha sido un fracaso absoluto que ha hundido a Francia en el marasmo en el que nos encontramos. Dicho eso, en algunos discursos de nuestro congreso hubo muchos excesos, se abusó de un lenguaje excesivo, que se parece mucho al discurso sectario que los socialistas utilizan contra nosotros».
Según Juppé, «Sarkozy es mayoritario en el partido, mientras que yo, por ahora, soy mayoritario en la opinión pública. Veremos».
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