Berlusconi se equivoca de mitin y pide el voto para un candidato de centro-izquierda

Los asistentes al mitin de la última jornada electoral no daban crédito a lo que veían: una escena surrealista con Silvio Berlusconi que gritaba «votad a Paolo». Lo sorprendente es que se trataba del candidato de centro-izquierda. El exprimer ministro se presentó a un mitin organizado por esa candidatura en una plaza de Segrate, ciudad de 33.000 habitantes en la provincia de Milán. En un ambiente de fiesta, con música y baile, a las once de la noche apareció de repente nada más y nada menos que Silvio Berlusconi, convencido de que se encontraba entre seguidores de la candidatura del centro-derecha. Acompañado por seis escoltas y tres coches, Berlusconi comenzó a hablar con la gente, preguntando cómo se llamaba el candidato: «Entonces, el domingo tenéis que encontrar tiempo para ir a votar a Paolo», les pedía el exprimer ministro. Poco después se dio cuenta de su error, porque recordó que el centro-derecha en Segrate apoya a una mujer, Tecla Fraschini, a la que Berlusconi había querido dar una sorpresa. Ante una situación tan embarazosa, el exprimer ministro no tuvo otra salida que subirse al coche y escapar rápidamente. La metedura de Berlusconi ha sido contada por el propio candidato del centro-izquierda, Paolo Micheli, quien con ironía en su página Facebook ha comentado: «Después del apoyo del Cavaliere, puedo decir que el éxito está asegurado».

La metedura de pata de Berlusconi, de 78 años, seguramente representa algo más que una simple anécdota en las elecciones que hoy se celebran en siete de las veinte regiones italianas: refleja el declive y desconcierto de un personaje que ha sido protagonista de la vida política italiana durante más de 20 años. Si hoy Forza Italia, un partido dividido y sin liderazgo, no llegara a superar el 10 por 100 de los votos, podría ser el final de su carrera política. El primer ministro, Matteo Renzi, lo ha liquidado así: «Berlusconi es un billete caducado».

Las elecciones regionales en Italia tienen siempre una notable importancia, porque es una ocasión para medir el peso de las fuerzas políticas y valorar la popularidad del gobierno. Mucho se juega Renzi. Los analistas consideran que los comicios serán una especie de referéndum sobre su popularidad, aunque él se ha curado en salud señalando que «no son un test sobre mí».

El tercer gran protagonista en estas elecciones será el populista Beppe Grillo y su Movimiento 5 Estrellas (M5E), que se pueden aprovechar del descrédito de la clase política italiana por sus numerosos casos de corrupción. El M5E puede en estas elecciones ser, tras el PD de Renzi, la segunda fuerza política, al contar con el apoyo de una parte de la opinión pública (19-20 %), muy sensibilizada y disgustada con los partidos políticos tradicionales al comprobar que han sido incapaces de hacer limpieza en sus filas, a pesar de las protestas que se han sucedido en los últimos años contra los escándalos de corrupción. Son tantos los nombres de candidatos ligados a casos de corrupción que aparecen en las listas de candidatos, que las del próximo domingo serán recordadas como las elecciones de los «impresentables».