un mes después

«Los nepalíes tienen miedo, piensan que el gran terremoto está todavía por llegar»

Chiara Saccardi, de Acción contra el Hambre, afirma que la reconstrucción definitiva de las viviendas destruidas por los dos seísmos comenzará dentro de seis meses

«Los nepalíes tienen miedo, piensan que el gran terremoto está todavía por llegar» reuters

susana gaviña

Chiara Saccardi, responsable de Emergencias de Acción contra el Hambre , vivió en persona el segundo terremoto, de 7,3 grados, que sufrió Nepal en menos de un mes. Recuerda que estaba dentro de un coche y notó el movimiento de la tierra. No empezó a darse cuenta realmente de lo que sucedía hasta que vio como una multitud de nepalíes salían y se concentraban en la carretera, lo más lejos posible de los edificios.

Durante un mes Saccardi, que llegó a Katmandú tres días después del primer seísmo, producido el 25 de abril , ha convivido con la población y ha visto sus carencias y los desafíos a los que se enfrentan. «Las zonas más dañadas son las rurales porque allí los materiales de construcción son más pobres». Lugares de gran dificultad de acceso y por lo tanto donde es más difícil realizar las tareas de reconstrucción. «Para llegar allí es necesario un helicóptero, y a veces ni ellos pueden acceder». Unas tareas para las que están siendo de inestimable valor los trabajos de los sherpas y porteadores, «acostumbrados a llevar mucho peso», ha explicado esta mañana la cooperante en un rueda de prensa.

En la capital, Katmandú, la situación varía según la parte de la ciudad: la más antigua o la moderna, donde las construcciones son de mejor calidad. Tras los dos terremotos, más de 800.000 casas han quedado destruidas, y sus habitantes se han tenido que hacinar en «asentamientos temporales y frágiles».

Afrontar el monzón

El imperativo más urgente ahora mismo es construir refugios que puedan aguantar la llegada del mozón , «que tendrá lugar dentro de dos semanas y que durará dos meses», lo que dificultará aún más las tareas de construcción, por la humedad del terreno, «las posibles inundaciones y los deslizamientos de tierra», que obligarán a cerrar algunas carreteras.

De ahí que se esté trabajando contrarreloj para levantar viviendas con elementos más sólidos, «como planchas de latón y lonas más fuertes». No será hasta dentro de seis meses cuando se puedan abordar las tareas de construcción de edificios más estables, en las que trabajarán ingenieros y arquitectos, «con experiencia para asesorar de manera adecuada», atendiendo a los requisitos de una zona sísmica como esta, que ya sufrió un gran terremoto en los años 30 del siglo pasado, y otro en los noventa. «Aunque muchos nepalíes creen que el terremoto más importante está todavía por llegar», ha indicado Saccardi. De ahí la necesidad de que el Gobierno nepalí refuerce su departamento de gestión de riesgos y de desastres.

La ayuda financiera no llega

En el lado positivo de esta castástrofe está la motivación de la población. «Muchos nepalíes que vivían fuera del país han regresado para ayudar». A pesar del miedo, alimentado por las constantes réplicas, se ocupan de limpiar las zonas devastadas. Una labor por la que reciben el pago de un pequeño salario, aportado por las organizaciones humanitarias y por el Gobierno (que ha dado subvenciones a los que han perdido familiares y su casa). También se está financiando la puesta en marcha de los mercados «para que puedan adquirir alimentos». Lo que permitirá devolver algo de normalidad y «dinamismo» a la vida diaria.

Un dinero que no tardará en escasear debido a la existencia de un «apoyo financiero limitado». Un mes después del terremoto y tras toda la repercusión internacional del drama humanitario, Nepal tan solo ha recibido el 22% de los 423 millones de dólares que necesita para una primera reconstrucción. «Debemos mantener la atención despierta para no olvidarse de este pueblo que necesita ayuda», indica Saccardi, que es consciente de que Nepal tardará años en recuperarse.

Evitar epidemias

Entre las labores de Acción contra el Hambre, que lleva trabajando en el país desde 2000 en temas relacionados con la nutrición infantil (tras el terremoto hay más de 70.000 niños menores de 5 años en riesgo de malnutrición), se encuentra la reconstrucción de saneamientos, la potabilidad del agua o la higiene, para evitar que broten epidemias una de las mayores preocupaciones.

A día de hoy se han contabilizado 8.669 muertos como consecuencia de los dos seísmos, y todavía hay alrededor de 350 cuerpos que no ha podido ser recuperados.

«Los nepalíes tienen miedo, piensan que el gran terremoto está todavía por llegar»

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación