El comportamiento de Erdogan hace temer el fraude en las próximas elecciones en Turquía

Un 43 % de los turcos creen que los comicios, previstos para el 7 de junio, «no serán limpios»

El comportamiento de Erdogan hace temer el fraude en las próximas elecciones en Turquía efe

daniel iriarte

«Se quejan de que el presidente está siendo parcial. Sí, soy parcial, tomo parte por la nación. Dondequiera que esté la nación, allí estaré», clamó Recep Tayyip Erdogan durante un discurso a principios de este mes. «Me mantengo equidistante de cada partido, aunque, naturalmente, hay un solo partido en mi corazón», añadió el presidente turco, defendiéndose de las críticas.

En los últimos meses, aún sin nombrar al Partido Justicia y Desarrollo (AKP), Erdogan ha estado participando de forma activa en la campaña para las elecciones parlamentarias del próximo 7 de junio, pidiendo «cuatrocientos escaños» para el partido gobernante. Para ello ha puesto toda la carne en el asador, llevando a cabo una frenética carrera de inauguraciones de obras públicas e infraestructuras –muchas de las cuales ya habían sido inauguradas anteriormente-, y obligando a los medios de comunicación a interrumpir su programación para difundir las palabras que el presidente pronuncia en cada una de estas ocasiones. Durante la primera semana de mayo, las principales televisiones y radios del país emitieron un total de 44 horas de discursos en directo de Erdogan, según un informe del Alto Consejo de Radiotelevisión de Turquía (RTÜK).

La carta de la religión

El mandatario turco, además, no ha dudado en jugar a fondo la carta de la religión: en los mítines no solo se ha impuesto la segregación forzosa de hombres y mujeres, separados por vallas de varios metros de altura, sino que la Dirección de Asuntos Religiosos ha preparado impresiones del Corán en idiomas como el kurdo. Erdogan, de hecho, no ha dudado en aparecer sobre el escenario enarbolando el libro sagrado de los musulmanes, algo que ha molestado no solo a la oposición secular, sino también a muchos conservadores.

«Turquía nunca ha visto a un presidente que dirija una campaña electoral con una copia del Corán en la mano», explica el profesor Ilter Turan, de la Universidad Bilgi de Estambul. «Erdogan está tratando de basar su campaña en la religión y mezclar las políticas étnicas de la región [kurda] para aumentar los votos del AKP», ha dicho Turan a la agencia AFP.

En realidad, el AKP solo necesita 367 de los 500 puestos parlamentarios –dos tercios del total- para poner en marcha su ambicioso plan de modificar la constitución y cambiar el modelo político a un sistema presidencialista «fuerte», sin apenas contrapesos. Aún en caso de no lograrlo, una mayoría de tres quintos, o 330 escaños, le permitiría convocar un referéndum sobre la cuestión.

El comportamiento de Erdogan, de hecho, que supone una clarísima violación de su juramento de imparcialidad, ha llevado a los principales partidos de oposición a presentar quejas formales ante la Comisión Electoral. El hecho de que estas hayan sido sistemáticamente ignoradas ha contribuido a aumentar las dudas de muchos turcos sobre la transparencia de los comicios. Según una encuesta de la Universidad Koç, el 43 por ciento de los turcos cree que «las elecciones no serán justas».

Sospechas en las municipales

Motivos no faltan: las sospechas de fraude ya planearon en algunos lugares durante las elecciones municipales del pasado año, incluyendo un extraño apagón durante el recuento en decenas de provincias del país, que las autoridades atribuyeron a un gato que habría penetrado en una planta eléctrica y provocado un cortocircuito masivo. En algunos lugares, los voluntarios de la organización «El voto y más allá», que monitorizaron los comicios con su propio sistema informático, detectaron discrepancias entre el número de votos contados al abrir las urnas y los anunciados oficialmente con posterioridad por las autoridades.

Estos voluntarios, de hecho, volverán a desplegarse por todo el país en estos comicios. «Tendremos a 120.000 personas en un total de 106.000 colegios electorales, en 42 provincias y 162 distritos», explicó recientemente Serçan Çelebi, uno de los fundadores de la organización. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) también enviará una misión de observadores.

Las apuestas, de hecho, son muy altas: si el partido kurdo HDP logra superar la barrera electoral del 10 % (la más alta del mundo), y los otros dos grandes partidos de oposición, el secularista CHP y el ultranacionalista MHP, mantienen o incrementan el número de votos respecto a las elecciones municipales, el AKP no solamente no lograría imponer el cambio constitucional, sino que incluso tendría problemas para formar gobierno en solitario. Y de momento, el resto de partidos afirma que no pactarán con los islamistas. El 7 de junio, Erdogan se lo juega todo a una carta.

El comportamiento de Erdogan hace temer el fraude en las próximas elecciones en Turquía

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación