Dos ministros marroquíes dimiten para ser bígamos

El primer ministro islamista trata de poner coto a un fenómeno que la ley permite solo si el marido obtiene el permiso de la primera esposa

Dos ministros marroquíes dimiten para ser bígamos telquel

francisco de andrés

El Palacio Real marroquí ha aceptado la remodelación del Gabinete encabezado por el partido islamista moderado de Justicia y Desarrollo (PJD), tras la tumultuosa salida de dos de sus miembros, decididos a ser bígamos pese al parecer contrario del “premier” Abdelila Benkirán. La crisis, acompañada de otros cambios, afecta al ministro de Relaciones con la Sociedad Civil (sic), Habib Chubani, y a su colega la ministra de Universidades, Sumia Benkaldun. La decisión de Chubani de tener una segunda esposa es perfectamente legal es Marruecos, pero como llueve sobre mojado en el Gabinete islamista y hay elecciones a la vista Benkirán ha decidido cortar por lo sano.

Desde la reforma del Código de Familia en 2004, Marruecos permite que los hombres tengan hasta cuatro esposas -tal como establece la ley islámica-, siempre que la primera mujer lo acepte. Para algunos eruditos, y a diferencia de la práctica permisiva (para el varón) de muchos otros países musulmanes, el código marroquí interpreta con más fidelidad el espíritu del Corán. El profeta Mahoma permitió la poligamia -que él mismo practicó- a condición de que el marido trate por igual a todas sus esposas.

El ministro Chubani cumplió con el requisito legal, y obtuvo en su día el visto bueno de su primera esposa, con la que tiene cuatro hijos; según las crónicas, marido y mujer recibieron formalmente a la ministra de Universidades como segunda esposa. No obstante, y dado que ya existe otro ministro islamista bígamo (el ministro de Justicia tiene dos mujeres), el “premier” Benkirán cree que la situación en el Gabinete empieza a írsele de las manos. Marruecos se mira en el espejo de Francia, pero los enredos sentimentales del presidente Hollande en el palacio del Elíseo no son del gusto del marroquí de a pie, que no se plantea la práctica de la poligamia, ni por razón de principios, ni por motivos económicos. De hecho, el fenómeno que la ley marroquí permite afecta a menos del 0,3 por ciento de los matrimonios en Marruecos.

Todos los regímenes musulmanes aceptan la poligamia a excepción de Túnez, único país donde ha prendido la Primavera Árabe que estalló en 2011 y donde las mujeres defienden con uñas y dientes la igualdad de derechos.

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