Las milicias que combaten en República Centroafricana acuerdan su desarme
El proceso es un paso significativo hacia la paz, tras más de dos años de cruento conflicto
Los líderes de una decena de milicias armadas que combaten en la República Centroafricana han acordado su desarme tras más de dos años de cruento conflicto.
El proceso, firmado de forma conjunta con el Ministerio de Defensa, supone un serio espaldarazo al objetivo de restaurar la armonía en el país africano.
«En el camino hacia la paz, el paso dado hoy es muy importante», aseguró Babacar Gaye, representante del Secretario General de la ONU para la República Centroafricana.
En marzo de 2013, un golpe de Estado del grupo insurgente Seleka, quien se había alzado en armas tres meses antes, provocaba la salida del país del presidente François Bozizé y abría un conflicto político en el país africano. Entonces, el movimiento Seleka -un paraguas rebelde formado por facciones disidentes de la Unión de Fuerzas Democráticas para la Integración (UFDR), la Convención de Patriotas para la Justicia y la Paz (CPJP) y el Frente Democrático de los Pueblos de África Central (FDPC)- contaba con una base operativa cercana a los 3.000 miembros.
Sin embargo, huidos los soldados de fortuna que componían sus fuerzas (mercenarios originarios de Chad y Sudán, quienes aterrizaron en el conflicto bajo la promesa de ser recompensados con las ingentes reservas que dispone el país), son ahora las milicias anti-balaka (patrullas urbanas que se han tomado la justicia por su mano), quienes claman venganza contra todo lo que es musulmán.
Libertad a los niños soldado
Se estima que desde el inicio del conflicto actual, hace más de dos años, cerca de un millón de personas han sido desplazadas por la violencia. Es decir, uno de cada cinco habitantes de República Centroafricana. Pero hay otros números también a tener en cuenta:
Por ejemplo, a día de hoy, 620.000 personas no tienen acceso a medicamentos básicos. De igual modo, entre 6.000 y 10.000 niños se encuentran asociados con las facciones armadas del país . La cifra incluye a aquellos que sirven como combatientes y se utilizan con fines sexuales, así como los jóvenes que desempeñan roles logísticos. Precisamente, la semana pasada, las milicias armadas acordaban otorgar la libertad a los menores de edad vinculados a sus fuerzas, así como poner fin de inmediato a cualquier futuro reclutamiento de niños.