Netanyahu logra formar gobierno en el último instante

Ganar las elecciones fue mucho más sencillo para Benjamin Netanyahu que formar gobierno. Cincuenta días después de su victoria el líder conservador sudó hasta el último segundo para poder reunir los 61 escaños necesarios y garantizar su cuarto mandato. Cuando el presidente Reuven Rivlin estaba a punto de llamar a Isaac Herzog para pedirle que formara gobierno ante la incapacidad de Netanyahu, se produjo el acuerdo. Con el exministro de Exteriores Avigdor Lieberman y sus seis diputados descartados -el político de origen moldavo adelantó el lunes que no formaría parte de un «gobierno de oportunistas»- el equipo del Likud tuvo que sentarse con los ultranacionalistas de Habeit Hayehudi (Casa Judía), a quienes accedieron a conceder el Ministerio de Justicia, cartera que ocupará Ayelet Shaked.

Su nombre saltó a los medios en el verano de 2014 después de escribir en Facebook un post llamando a acabar con «todos los palestinos». El líder del partido, Naftali Benet, es el nuevo ministro de Educación. Este movimiento de última hora garantizó a Netanyahu justo los 61 escaños, el número necesario para gobernar, pero con un ejecutivo muy débil.

El líder del Likud obtuvo treinta escaños en los comicios de marzo en los que, contra lo que anunciaban las encuestas, superó con holgura a los laboristas de la Unión Sionista de Isaac Herzog, que se quedaron con 24. El Likud no tardó en cerrar el acuerdo con las dos formaciones religiosas ultraortodoxas, Shas y Judaísmo Unido del Pentateuco.