España amplía la búsqueda de los desaparecidos en el terremoto de Nepal

Con el fin de agotar todas las posibilidades, el Gobierno amplió este miércoles la búsqueda de los españoles desaparecidos tras el terremoto de Nepal en el valle de Langtang, la « zona cero » de la catástrofe. Después de que los equipos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y de la Guardia Civil inspeccionaran durante los dos últimos días el devastado pueblo de Langtang, donde identificaron el cuerpo de la catalana Roser Palau, un vuelo de reconocimiento peinará el jueves dos laderas al noreste de Kyanjin Gumba.

A bordo de un helicóptero, dos agentes del Grupo de Montaña de la Benemérita rastrearán dos rutas de senderismo a más de 4.000 metros de altitud, una de las cuales estaba abierta en el momento de la tragedia. Su objetivo es descartar que los seis montañeros españoles desaparecidos en el valle de Langtang, cuatro asturianos y una pareja formada por el aragonés Míxel Pizarro y la cántabra Isabel Ortiz, no siguieron ascendiendo a la cumbre en dirección contraria a la avalancha.

«Vamos a explorar la ruta hacia arriba, en lugar de hacia abajo, para agotar las últimas esperanzas, asegurar la búsqueda y dejar tranquilas a las familias», explicó a los medios desplazados a Katmandú el embajador de España en la India, Gustavo de Arístegui, que está coordinando esta operación y la repatriación de los nacionales atrapados en Nepal tras el terremoto.

Ante la insistencia de las familias, que no saben nada de sus seres queridos desde el seísmo del 25 de abril, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha decidió expandir el radio de búsqueda más allá del pueblo de Langtang, sepultado por un gigantesco alud que enterró sus casas y mató a sus vecinos y turistas.

Desencadenada por el potente temblor, de magnitud 7,9, la avalancha desplomó parte de la montaña, arrastrando a su paso nieve y tierra y arrancando los árboles de los bosques, que cayeron con una violencia descomunal sobre dicha aldea, donde vivían 300 personas y visitaban hasta dos centenares de turistas porque había 55 albergues para senderistas. Además, la onda expansiva de este brutal corrimiento de tierra despidió los cuerpos a cientos de metros de distancia y afectó a la ladera contigua como si hubiera caído una bomba.

Bajo la lengua de lodo que cubrió Langtang y el cauce de su río, de varios metros de altura, siguen enterradas decenas de cadáveres en una masa compacta de tierra que es muy difícil excavar, según han comprobado los efectivos españoles que han rastreado la zona. Sin posibilidad de hallar supervivientes en este pueblo, o incluso cuerpos enteros, el dispositivo español no quiere que se quede ningún lugar por batir en busca de los seis desaparecidos. Según informaron fuentes diplomáticas, ya han sido finalmente localizados los otros dos que quedaban por dar señales de vida en zonas no azotadas por el terremoto.