Tsipras pierde apoyo entre los griegos

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, según un nuevo sondeo, sigue siendo el político más votado del país. Sin embargo, la mayoría de los griegos no quiere salir del euro, ni abandonar la Unión Europea, ni tampoco nuevas elecciones generales ni referéndum.

La encuesta de la compañía GPO para el canal televisivo MEGA muestra que seis de cada diez griegos no quiere un referéndum para que el pueblo «confirme» el acuerdo con los prestamistas, si se consigue, y que siete de cada diez no quiere elecciones en caso de que fracase la negociación. El 75,6% considera que el país debe de permanecer en la Eurozona.

Tsipras sigue siendo el favorito en este sondeo, pero menos: el 90% de los encuestados le apoyaba el 10 de febrero, poco después de su victoria electoral de enero, mientras que ahora solo lo hace el 58,3%. Eso sí, el primer ministro radical sigue siendo el político más votado (32,5%) y ahora que han transcurrido los 100 primeros días de su mandato, el 57% de los griegos sigue teniendo una opinión positiva sobre él (frente al 40,9% de opiniones negativas).

En este momento, Tsipras se enfrenta a otro problema: tiene que conseguir un acuerdo lo antes posible para evitar una suspensión de pagos y una quiebra soberana. Ello supone que debe aceptar condiciones de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional, contrarias a lo que predicó en su campaña electoral y a lo que quiere gran parte de su partido. El resto de los griegos desea conseguir un acuerdo y mantenerse en el euro. Por ello mantiene la posibilidad del referéndum: si tiene que aprobar una serie de medidas a las que se opondrá frontalmente el sector más duro de su partido, la Plataforma de Izquierda, es casi seguro que el resto de los ciudadanos apoyará cualquier medida para seguir en la Eurozona.

El partido centrista To Potami (El Río) ha declarado abiertamente que el gobierno «lleva desperdiciando un tiempo precioso con fanfarrias partidistas y trucos de comunicación, y ahora corre para conseguir un pequeño acuerdo para evitar la suspensión de pagos. En este ambiente de pánico las promesas preelectorales y el famoso programa de Tesalónica desaparecen». Algo que todavía no comparte todo el electorado griego, ya que como dice Yánis X., un analista político, «el error de Tsipras ha sido pagar los salarios de los funcionarios y todas las pensiones por completo desde febrero. Con que no los hubiera pagado o lo hubiera hecho parcialmente un mes, las cosas hubieran cambiado y todo se hubiera acelerado, no como ahora».