El Frente Nacional fulmina a su fundador, Jean-Marie Le Pen

El comité ejecutivo del Frente Nacional (FN, extrema derecha) ha «suspendido» la condición de militante de Jean-Marie Le Pen, su fundador y presidente de honor. Con esa decisión del comité ejecutivo de su partido, Marine Le Pen clava un puñal envenenado en la espalda política de su propio padre.

El comité ejecutivo del FN ha decidido convocar una asamblea general extraordinaria para estudiar la posible revocación del estatuto de presidente de honor de Jean-Marie Le Pen.

El comité ejecutivo del FN está controlado por Marine Le Pen, presidenta de honor, y su guardia pretoriana. Algunos de sus miembros todavía defienden la «herencia» de Jean-Marie Le Pen. Pero, finalmente, la «suspensión» del patriarca, retirándole, de entrada, su estatuto de adherente y militante, el comité ejecutivo del partido de la extrema derecha consuma un «parricidio» político excepcional.

Se trata de la última peripecia de una guerra política sin cuartel entre el patriarca y su hija. En verdad, Jean-Marie y Marine Le Pen se disputan la línea estratégica de la extrema derecha francesa, que ambos pretenden encarnar desde posiciones antagónicas, dentro y fuera de un Frente Nacional (FN) dividido entre partidarios y adversarios de un “recentraje” que intenta evitar un cisma traumático.

Marine Le Pen, presidenta del FN, y el comité político del partido, han «desaprobado» y «desautorizado» a Jean-Marie Le Pen, presidente de honor y padre de la presidenta, estimando que el patriarca fundador «perturba», «rompe» y «crea muchos problemas» a la línea oficial de su propio partido, definida oficialmente en el congreso de Lyon del otoño pasado.

Jean-Marie Le Pen ha asistido este lunes al comité político del FN, que duró cuatro horas y enfrentó en términos muy agrios a los partidarios de Marine (muy mayoritarios) y los partidarios de su padre (minoritarios, pero muy agresivos, con un órgano de expresión propio).