4 días para las elecciones británicas
David Cameron supera a Ed Miliband en el último gran examen televisivo
El líder laborista británico pasó apuros cuando se le recordó el déficit que dejó su partido
![David Cameron supera a Ed Miliband en el último gran examen televisivo](https://s1.abcstatics.com/Media/201505/02/bbc--644x362.jpg)
David Cameron se impuso a Ed Miliband en el último gran acto televisivo de la campaña, el programa «Question Time» de la BBC. Los dos aspirantes a gobernar y el liberal Nick Clegg se sometieron sucesivamente a preguntas del público en un salón de actos de Leeds. Los espectadores, duros y bien informados, pusieron contra las cuerdas a los políticos en muchos lances. Según una encuesta de ICM para el diario laborista «The Guardian», el primer ministro fue el ganador de la velada para un 44%, mientras el 38% vio mejor a Miliband y un 19% a Nick Clegg, el atribulado líder liberal.
Los estrategas conservadores han eludido los debates cara a cara entre Cameron y Miliband, en la convicción que el discutido aspirante laborista, más impopular, era quien más tenía que ganar con la atalaya mediática. Cameron solo ha aceptado un debate a siete, un gallinero de demasiadas voces, que se celebró a comienzos del pasado mes. Con tantos participantes, la cita perdió efectividad a la hora de decantar las decisiones de voto.
Contra todo pronóstico, la vencedora del debate a siete fue la primera ministra escocesa, la separatista Nicola Sturgeon, con izquierdismo muy vieja escuela, pero que defiende con una dialéctica de alta eficacia. El SNP es una de las sorpresas de estos comicios y se ha convertido en la llave de Gobierno a la que tendría que recurrir Miliband si quiere tocar poder. Encuestas publicadas esta semana llegan a decir que el SNP podría llevarse los 59 escaños que aporta Escocia al Parlamento de Londres, una calamidad para los laboristas, históricamente fuertes allí.
Deudas pendientes
En el programa de la BBC, Miliband fue el candidato que más sudó. La audiencia lo acorraló en relación al agujero en las cuentas públicas que dejaron en 2010 los laboristas, un hecho contable incontestable. «Si no reconoces aquel endeudamiento, ¿por qué debemos confiar en que no volveréis a incurrir en él?», preguntó un espectador. Interrogado frontalmente sobre si reconocía que su partido había dejado una deuda grave, Miliband respondió con un rotundo «No. No lo creo». Otro espectador le replicó entonces con dureza: «Este país sufrió porque Gordon Brown vendió el oro de la caja. ¿Cómo puedes estar ahí y decir que no hubo déficit excesivo? Es ridículo. Francamente, estás mintiendo».
El pequeño calvario de Miliband continuó cuando tomó la palabra la estrella espontánea de la noche, una empresaria local de 48 años llamada Catherine Shuttleworth, dueña de una firma de márketing con 76 empleados. La mujer recordó una anécdota bien conocida. Cuando los laboristas dieron el relevo a los tories en 2010, su secretario de Estado del Tesoro dejó una celebérrima carta en la que decía «no hay dinero en la caja». Ed Balls, la mano derecha de Miliband en asuntos económicos y ex ministro del ramo con Blair, pretextó en su momento que la carta era «una broma». Y ahí es dónde atacó la espectadora: «¿Cómo vamos a confiar para ministro de Economía en alguien que dice que aquello fue “una broma”? En el mundo de la empresa privada lo habrían despedido y no le dejarían volver a ese trabajo». Catherine acabó confesando que era votante tradicional del laborismo templado de Blair, pero que ahora se pasará a los conservadores.
Miliband descartó expresamente un acuerdo de Gobierno con los separatistas del SNP, uno de los temas estelares de la campaña. Pero una vez más no fue capaz de rechazar posibles apoyos no formales.
«Una línea roja»
Cameron también tuvo sus momentos de aprieto. En la víspera del programa, los liberal demócratas, sus socios de Gobierno durante los pasados cinco años, filtraron que los tories ocultan un plan para recortar las ayudas por hijo a las familias trabajadoras de bajos ingresos. «Yo no quiero hacer eso. Ese informe que ha salido es algo que ya rechacé en su día como primer ministro y que hoy rechazo de nuevo», respondió Cameron. Los medios proconservadores consideran que con esas palabras quedó desmentido que vaya a acometer ese recorte. Pero para los analistas de izquierdas su formulación es ambigua, similar al rodeo que empleó en la campaña de 2010 para desmentir que fuese a subir el IVA, lo que luego hizo.
El líder tory afirmó que el controvertido referéndum sobre la continuidad del Reino Unido en la UE que ha prometido para 2017 será «una línea roja» en las negociaciones para formar una coalición de Gobierno. Un aviso a sus exsocios liberales, más europeístas, con los que probablemente tendrá que volver a entenderse para seguir en el poder.