Miliband recurre al tirón del cómico Russell Brand y acude a su casa a que lo entreviste

Russell Brand, de 39 años, es seguramente el cómico más popular del Reino Unido, y desde luego el más controvertido. Es un gran bocazas, con altibajos psíquicos (trastornos bipolares e hiperactividad reconocidas), pasado yonqui y un matrimonio breve y sonado con la cantante Katy Perry. Para completar el perfil, tiene un ego inmenso y el pasado año edito voluminoso libro con su pensamiento político, titulado «Revolution». Allí entre otros absurdos invitaba a no votar y hacía proclamas radicales, que casan muy poco con sus gustos de bon vivant egotista. La obra encabezó las listas de ventas gracias a su inmensa popularidad televisiva, pero logró algo casi imposible, poner de acuerdo a los críticos de derecha e izquierda, que destrozaron su confusa empanada ideológica. Ahora Russell se ha convertido en la anécdota del día de la campaña electoral, porque el candidato laborista le ha concedido una entrevista.

Lo notable es que Ed Miliband se desplazó en la noche del lunes a la residencia del propio Brand, una vivienda en el Este de Londres valorada en dos millones y medio de euros. Pero Miliband, gafe reconocido, fue pillado por el móvil de un vecino indiscreto llegando a la casa de Brand en un gran BMW negro y acompañado por cuatro guardaespaldas. Las imágenes se han aireado y se ha sabido que Miliband acudió a ver a Brand para someterse a una entrevista para el canal del cómico en YouTube, Trews, que tiene un millón de seguidores. La grabación se subirá este miércoles, pero ya se puede ver un aperitivo: Miliband y Brand en la cocina de diseño del humorista, que lo somete al interrogatorio en plan placaje, mientras el político se afana con replicar con énfasis, pero forzando una sonrisa para intentar mantener el buen rollo.

La polémica política viene porque Brand había recomendado no votar en estas elecciones (en estas y en ningunas). Así que los conservadores consideran lamentable que Miliband, uno de los dos candidatos que pueden ser primer ministro, le haya dado cuartelillo, llegando incluso a prestarse a ir a su casa. Cameron, que está apurado en las encuestas y al que todo le viene bien, no ha dejado pasar la ocasión con una crítica un tanto teatral en su dramatismo: «Dejad que Miliband pase el rato con Russell Brand. Es de chiste. Pero no es gracioso. Esto va de las elecciones, va del futuro, va de los empleos. Yo tengo cosas más importantes que hacer que pasar el rato con Russell Brand. Me importa más la gente real».

Los asesores de Miliband han explicado que el político intenta conectar con los miles de jóvenes que siguen al cómico reconvertido en activista. Brand, que en su día tuvo una agarrada muy dura con Ed Balls, el ministro de Economía en la sombra de los laboristas, ha dicho recientemente que le gusta Miliband y que ha sido acosado por no haber llegado de la manera normal.