La cuestión armenia divide a la sociedad turca

Miles de personas conmemoran el genocidio en Estambul, aunque muchos turcos lamentan la indiferencia hacia el sufrimiento de sus antepasados

La cuestión armenia divide a la sociedad turca abc

daniel iriarte

Cae la tarde en Estambul , y la gente comienza a reunirse frente al Instituto Francés, muy cerca de la emblemática plaza de Taksim. Un grupo de personas pasan junto a un panel de madera, recortado como si fuese la silueta de un árbol, y atan cintas de colores a lo que pretenden ser las ramas. Se trata de un homenaje a los intelectuales armenios ejecutados por las autoridades otomanas hace exactamente un siglo, las muertes que marcaron el inicio de lo que poco después sería la destrucción de la comunidad armenia del Imperio. Lo que el mundo conoce como el genocidio armenio.

Poco después, cientos, miles de personas comienzan a inundar la calle. Enarbolan pancartas de mártires: de patriarcas y líderes políticos que murieron en 1915; de Hrant Dink, el periodista turco-armenio cuyo asesinato a manos de un pistolero ultranacionalista provocó tal oleada de rechazo que supuso el inicio del movimiento que vemos hoy; y de Sevag Balikci, un joven armenio muerto a manos de un soldado turco en 2011, mientras realizaba su servicio militar. «¡Estado asesino, rendirá cuentas!», grita la multitud. En los altavoces suenan canciones armenias. La contramanifestación que se reúne a cientos de metros de allí, en cambio, apenas logra reunir a unas pocas decenas de nacionalistas turcos.

«Es muy importante estar aquí hoy, por dos razones. La primera, para que los armenios puedan pasar página, que puedan mirar al futuro en lugar de al pasado. Pero también, el que el estado turco reconozca el genocidio y pida disculpas hace más difícil que pueda repetirse. Porque mientras el estado niegue lo que pasó, está abierto a hacerlo de nuevo», afirma el escritor Roni Margulies, un conocido intelectual progresista turco que ha acudido al evento. «Hay mucha gente, sobre todo en las regiones del este de Turquía, que sabe lo que pasó, porque lo escuchó de sus abuelos. Esta gente sabe lo que hizo el estado, y que no fue castigado por ello», dice a ABC.

Durante mucho tiempo, la cuestión de las matanzas de los armenios durante la Primera Guerra Mundial ha sido un asunto tabú en Turquía , y su sola mención podía acarrear importantes represalias legales. La atmósfera, sin embargo, ha ido cambiando con el tiempo. Oficialmente, el estado turco ya no niega estas muertes, aunque sigue existiendo un importante malestar ante el asunto. Muchos turcos alegan que, mientras el mundo ha mostrado una gran empatía con el terrible destino de los armenios, ha exhibido una indiferencia similar ante las tragedias sufridas por las poblaciones musulmanas del Imperio Otomano a manos de los nacionalistas balcánicos y eslavos, que provocaron cientos de miles de muertos y desplazados.

Los datos sociológicos respecto a la cuestión son llamativos: según una reciente encuesta del Centro de Estudios de Economía y Política Exterior de Turquía (EDAM), un 9,1 % de los turcos cree que se debería ofrecer una disculpa por lo sucedido, y reconocer el caso como genocidio, una cifra que se ha incrementado sensiblemente en los últimos años. El mismo porcentaje opina que solo se debería producir una disculpa, sin reconocimiento. Otro 12 % cree que se debería expresar dolor por las muertes, pero no adoptar ninguna otra medida, y un 21,3 % prefiere dejar las cosas tal y como están. Pero lo más significativo es la opción mayoritaria: un 23,5 % cree que se debe expresar dolor por todos los muertos del periodo, no solamente los armenios, lo que entronca con el sentimiento apuntado arriba.

Las autoridades turcas parecen haber optado por una opción intermedia. El gobierno turco, que en los últimos días ha llamado a consultas a sus embajadores en el Vaticano y Viena después de que el Papa Francisco y el Parlamento austriaco utilizasen el término «genocidio», condenó ayer a los presidentes de Rusia, Francia y Alemania por el mismo motivo. También protestó formalmente contra el discurso del estadounidense Barack Obama, acusándole de aplicar una «percepción unilateral y selectiva de la justicia». Una postura que la semana pasada provocó el enfrentamiento del ejecutivo de Recep Tayyip Erdogan con uno de sus asesores, el armenio Ethem Mahçupyan, contratado el año pasado como parte de una política de apertura hacia las minorías religiosas del país.

«Si aceptamos que lo sucedido en Bosnia y África fueron genocidios, es imposible no llamar también genocidio a lo que sucedió a los armenios en 1915», declaró Mahçupyan en una entrevista televisiva, contradiciendo los comentarios realizados veinticuatro horas antes por el propio Erdogan y por el primer ministro Ahmet Davutoglu. El asesor, de hecho, dejó de serlo pocos días después. La explicación oficial, sostenida incluso por él mismo, es que había alcanzado la edad de jubilación.

Pero, consciente tal vez de la necesidad de cierta flexibilidad, Erdogan trató a la vez de mostrarse ayer sensible respecto a la cuestión armenia. «Permítame reiterar que somos conscientes de los tristes eventos experimentados en el pasado por la comunidad armenia, y que comparto sinceramente su dolor. Por favor, tenga la seguridad de que nuestros corazones siguen abiertos a los nietos de los armenios otomanos en todo el mundo», declaró en un comunicado dirigido al Patriarca armenio de Turquía, Aram Atesyan, en inglés, armenio y turco. El Ministro de Asuntos Europeos, Volkan Bozkir, también asistió ayer a una misa oficiada por Atesyan en honor a los armenios que murieron en 1915.

La cuestión armenia divide a la sociedad turca

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación