El Ejército de Nigeria inicia una campaña en el reducto de la milicia islamista de Boko Haram
El bosque Sambisa, una reserva natural en la frontera entre Nigeria y Camerún, es la última base operativa del grupo rebelde
El Ejército de Nigeria ha iniciado una campaña terrestre en el reducto de la milicia islamista de Boko Haram, el bosque Sambisa, una reserva natural en la frontera entre Nigeria y Camerún que se extiende a lo largo de más de 60.000 kilómetros cuadrados, según han reconocido fuentes militares.
Apoyado por bombardeos aéreos iniciados el pasado viernes, las fuerzas armadas nigerianas buscan otorgar el golpe definitivo al grupo radical, en evidente retroceso territorial desde el pasado mes de febrero. En este sentido, la aparición de Chad en el conflicto contra Boko Haram, que desde comienzos de año lucha contra los islamistas de la mano de Nigeria, Níger y Camerún, ha sido un catalizador del cambio bélico.
La reserva natural de Sambisa se encuentra a apenas 100 kilómetros de la localidad de Chibok, donde, el 14 de abril de 2014, más de 200 estudiantes eran secuestradas de una escuela. El ataque puso en el punto de mira internacional a la milicia de Boko Haram.
«Tras el secuestro, formamos un equipo de búsqueda hacia la reserva forestal Sambisa, basado en las informaciones de que nuestras hijas se encontraban retenidas allí», aseveraba recientemente a este diario Mallam Shettima Haruna, otro de los padres de las jóvenes secuestradas.
«Visitamos varios lugares haciendo preguntas, pero cada vez nos dirigían a un nuevo sitio, hasta que llegamos a un espacio en medio de la selva con solo dos casas», añade Haruna.
El portavoz de las familias señala que, entonces, se encontraron con miembros de la etnia fulani (pastores musulmanes) que les advirtieron que los secuestradores estaban bien armados y les matarían. «Decidimos regresar para no perder la vida», lamenta.
Uno de sus compañeros de infortunio, Enoch Mark, denuncia que el grupo islamista estuvo acampado durante once días sin que el Ejército nigeriano hiciera absolutamente nada.
Cambio de marea
La nueva operación no será del todo fácil, eso sí. En primer lugar por la propia complejidad del entorno en el que se mueven los islamistas. Y en segundo término porque Boko Haram no es un grupo uniforme, sino formado por decenas de subcomandos dispersos en la inmensidad del entramado natural.
Aunque las tornas son ahora bien diferentes. A finales de marzo, el candidato opositor Muhammadu Buhari, líder del Congreso de Todos los Progresistas (APC), era declarado vencedor de las elecciones presidenciales celebradas en Nigeria.
Su nombramiento fue un claro castigo a la ineficiente campaña contra la milicia islamista emprendida por el expresidente Goodluck Jonathan: solo en los últimos seis años, más de 13.000 personas han muerto a manos de los insurgentes y 3,3 millones han sido desplazados por la violencia.
Por ello, a pesar de su interés en distanciarse del pasado marcial (entre 1983 y 1985, durante el infame periodo de las dictaduras militares, Buhari ya dirigió el país), el ahora mandatario ha prometido eliminar a los yihadistas del noreste del país. Una objetivo que pasa por el control de la reserva natural de Sambisa.
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