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La UE y su búsqueda de una solución real para combatir la inmigración ilegal

Los 28 celebran este una cumbre extraordinara con el reto de lograr responder con capacidad para salvar vidas en el Mediterráneo

La UE y su búsqueda de una solución real para combatir la inmigración ilegal efe

laura riestra

Al menos 31.000 personas han llegado a Italia y Grecia por el Mediterráneo en lo que llevamos de 2015, según los datos ofrecidos por la Unión Europea, y 1.650 pueden haber muerto en esa travesía, según ha informado por su parte la agencia de la ONU para los refugiados, Acnur. Pese a la gravedad de estas cifras -marcadas además por las recientes trágicas muertes que se han registrado estos días- la reacción internacional ha sido ambigua y poco contundente.

El pasado lunes la Comisión presentó un plan con diez propuestas como respuesta a las recurrentes tragedias migratorias y este jueves los 28 discuten en una cumbre extraordinaria urgente «medidas inmediatas» para prevenir nuevas catástrofes y esperan obtener el respaldo al plan. Sin embargo, los expertos coinciden en un hecho: la solución a una crisis de semejantes dimensiones no puede a ser inmediata.

La Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini, admitió que actualmente no hay una «opción real» sobre la mesa, dada la complejidad y gravedad del asunto. Para empezar, porque pese a que en la actualidad es evidente que la crisis ha aumentado, es algo que viene de lejos y en lo que influyen múltiples factores. «Desde el punto de vista de qué es lo que ha fallado, realmente ha sido y es la situación internacional. En la presión que está habiendo ahora inciden cuestiones climatológicas -ha mejorado el tiempo y por lo tanto existen más posibilidades de alcanzar la costa europea-, pero lo realmente importante es analizar las causas. Estas pasan por la situación de conflicto que vivimos en muchos países, véase el caso de Siria, de Libia, el caso de inestabilidad política como las que se da en Egipto, de guerras como la de Somalia o de la República Democrática del Congo. Realmente hay una situación internacional en las fronteras de la UE que lleva a que las personas se arriesguen y se pongan en manos de los traficantes o de las redes de crimen organizado para tratar de alcanzar las costas de Europa. Mientras que no ataquemos esas causas, cosa que no podemos hacer solo desde la UE, sino que debe ser un impulso desde la comunidad internacional y desde otros estamentos, es realmente imposible que reduzcamos los flujos migratorios», explica a ABC.es Emiliano García, profesor de Derecho Público en la Universidad Pontífica Comillas.

De ahí que en esta cumbre extraordinaria sólo se puedan dar unos primerísimos pasos que más tarde tendrán que ser desarrollados. «Ya en la cumbre anterior se establecieron diez puntos según los cuales se iban a llevar a cabo acciones dentro de la UE, pero en el fondo esas acciones pasan por intentar poner soluciones parciales a cuestiones muy específicas. Dudo mucho de que realmente esta cumbre sirva. Esto requiere que se lleven a cabo medidas a cinco seis años y con la colaboración de los estados de los orígenes de estas personas», explica García.

Medidas eficaces

De hecho, crisis anteriores y las reacciones de los países europeos han puesto de manifiesto cómo aún no se han llevado a cabo medidas plenamente efectivas. Tras el naufragio de una embarcación en la isla italiana de Lampedusa en octubre de 2013, en el que murieron más de 300 inmigrantes, los líderes de la UE ya se comprometieron a adoptar medidas, algo que se tradujo en pocas iniciativas concretas.

Ahora, uno de los puntos que se han puesto en el foco ha sido el de atacar el que es considerado problema raíz: las mafias que se sirven de las cuestiones de conflicto -bien sea por la amenaza del Estado Islámico, por guerras, por enfermedades o diversos motivos- para traficar con personas. En este sentido, uno de los puntos del plan presentado establece que los jefes de Estado y de Gobierno discutirán lanzar una misión civil y militar para capturar y destruir los barcos que utilizan los traficantes en el Mediterráneo. Aún no está claro cuál será el mandato de esta operación ni si se desarrollará por tierra o por mar. Además, Europol, Eurojust, Frontex y la Agencia de Asistencia al Asilo (EASO) trabajarán conjuntamente para reunir información sobre el modus operandi de los traficantes, hacer un seguimiento de su financiación y colaborar en las investigaciones. En este sentido, la solución pasa, además, por «facilitar medios para combatir este tipo de mafias, que son transnacionales, en los países de origen y de actuación».

A debatir está también otra iniciativa que plantea Bruselas: intensificar las operaciones de la agencia de control fronterizo Frontex en el Mediterráneo, en particular Tritón, aumentando los recursos financieros y el nombre de activos. También se ampliará la zona de acción. Eso sí, falta por aclarar en cuánto aumentarán los medios de y de dónde saldrá el dinero y los activos, algo que se espera que concreten los líderes europeos.

Los ministros también han acordado poner en marcha un proyecto piloto voluntario de reasentamiento de refugiados y estudiar opciones para un mecanismo de emergencia de reparto de inmigrantes. Tampoco en este punto se precisa ni siquiera a cuántas personas se pretende dar refugio. El plan también incluye un nuevo programa de repatriación rápida de clandestinos con más vuelos de retorno.

En el ámbito de la política exterior, las medidas están enfocadas a Libia, de donde parten la mayor parte de los barcos de imigrantes, y a sus países vecinos. Así, se ha propuesto reforzar la actual misión de la UE en Níger. En este sentido, Emiliano García apunta que no se trata de «cambiar una situación en un lugar determinado» ya que, si la solucionamos, pasará a otro lugar: «Quién nos asegura que, una vez estabilizada Libia, el flujo de inmigrantes ilegales no se produzca desde Egipto o desde Palestina, por ejemplo. Se trata de lograr una solución mucho más global».

Con todo, esta cumbre y el plan a debatir es un primer paso. Eso sí, no se espera que este jueves se logre una solución inmediata. «Puede haber soluciones parciales que intenten atenuar o reducir la crisis, pero este tipo de situaciones nos la vamos a encontrar de manera continuada. Mientras el contexto que nos rodea sea inestable, ya podemos mejorar la tecnología, ya podemos dotar de más medios a Frontex, ya podemos dar más fondos a la cooperación y el desarrollo, que seguirá habiendo fenómenos de esta índole y desgracias de esta naturaleza», apunta García, que, además apuesta por una conclusión: «Confío en que pueda haber soluciones a largo plazo, pero para ello es imprescindible que se adopten decisiones. La primera que se debería tomar es la de que los estados, por lo menos de la UE, den el paso y sean valientes y empiecen a gestionar de manera conjunta las fronteras. Es decir, que deje de ser un mero control nacional donde hay una coordinación, a que sea realmente un control de fronteras al estilo federal norteamericano

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