Marco Rubio

Un hispano para cubrir la brecha demográfica y recuperar Florida

El senador Marco Rubio se presenta como un político que casa mejor con la cada vez más heterogénea sociedad estadounidense

Un hispano para cubrir la brecha demográfica y recuperar Florida reuters

víctor ruiz de almirón

La ceremoniosa pompa de la política estadounidense va desgranando poco a poco los detalles de la batalla electoral por la presidencia de Estados Unidos en 2016 . El esperado anuncio de la candidatura de Marco Rubio se une a las de Ted Cruz y Rand Paul, que ya han anunciado, en el partido republicano. Todos ellos pelearán por ser el candidato conservador ante unos demócratas que pilotan con la certeza casi absoluta de que su candidata será Hillary Clinton , que anunció el pasado domingo su candidatura.

Tras ser derrotados por Obama en 2008 y 2012, los republicanos han encontrado un balón de oxígeno en las elecciones de mitad de mandato. Unos comicios que le han dado la mayoría en el Congreso y el Senado . Aunque muchos apuntan a que han sido utilizadas por el electorado como toque de atención a la Administración Obama y que unas presidenciales no tienen porque significar una traslación exacta, lo cierto es que los republicanos se encuentran en disposición de pelear por el Despacho Oval.

Rand Paul, Ted Cruz, casi seguro Jeb Bush y ahora Marco Rubio, de 43 años, y al que la prensa estadounidense pretendió presentar hace años como el «Obama republicano». Un puzzle de candidatos que harán que las primarias republicanas atraigan para sí el foco de la opinión pública.

Esa similitud con Obama se basaba en cierto modo en su precocidad política, desde la que ambos destacaron. Entró en la Cámara de representantes de Florida en el año 2000, cuando aún no había cumplido los treinta años. Permaneció allí durante nueve años, cuando emprendió la carrera para convertirse en senador por Florida. Puesto que ocupa en la actualidad.

Pero es su condición de hispano lo que le ha granjeado a este abogado de profesión esa significación especial entre los republicanos. Como Obama con los afroamericanos, Rubio representa a otra de las crecientes minorías de un país cada vez más heterogéneo. Aunque sus padres salieron de Cuba antes de la revolución de Castro, por lo que no son estrictamente exiliados políticos (lo hicieron por motivos económicos), Rubio se crió en Miami junto a la comunidad de exiliados de la isla, el momento actual de deshielo en las relaciones con Cuba le sitúa en un papel protagonista.

Tras dos derrotas presidenciales consecutivas, y con Obama apostando fuerte por la reforma migratoria, Rubio se presenta como una opción seria para disputar la candidatura republicana. Algunos analistas han apostado a que si no es el candidato podría formar parte del ticket electoral como vicepresidente. Algo que ya se barajó para los comicios de 2012. En gran medida porque representa al Estado de Florida, uno de los conocidos como «estados swing» o pendulares porque no responden con claridad a uno de los dos partidos. Aunque Florida se inclina claramente más hacia los republicanos, Barack Obama logró la victoria en Florida tanto en 2008 como en 2012. Bush lo hizo para los republicanos en 2000 y 2004. Y Clinton en 1996. El propio Bill Clinton fue el último presidente que logró acceder al cargo sin vencer en Florida. Sucedió en su primera victoria en 1992, cuando la victoria en Florida fue para Bush padre, por entonces presidente en funciones.

Para encontrar otro precedente de un candidato que logró ser presidente sin ganar en Florida hay que remontarse a 1960, cuando Nixon le ganó la partida a Kennedy en ese distrito. Es un Estado más tendente a los republicanos. Los demócratas no siempre lo han necesitado para ganar, como demuestran los casos de Clinton y Kennedy.

Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y tras los gobiernos de Roosevelt (1933-1945), los demócratas solo han ganado Florida en cuatro ocasiones: Harry S. Truman en 1948, Jimmy Carter en 1976 y las citadas de Barcak Obama en 2008 y 2012. Si los demócratas ganan Florida su victoria es segura. Y es ahí donde entra Marco Rubio. Un filón para recuperar Florida y que al menos haya partido.

Rubio representaría en este sentido un intento de lavado de cara. Aunque en lo relativo a las políticas los republicanos permanezcan fieles a sus convicciones, Rubio podría interpretarse como un intento de acercamiento a la nueva sociedad estadounidense. Como muchos señalaban en Estados Unidos y apuntaba ácidamente en este artículo Roger Senserrich hace un par de años, el partido republicano es cada vez más anciano, rural y blanco. Una realidad que se contrapone a un Estados Unidos que sería cada vez más moreno, urbano y joven. Marco Rubio sería una apuesta para cubrir esa brecha demográfica.

Un hispano para cubrir la brecha demográfica y recuperar Florida

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