Los «tories» acusan a Miliband de querer desmantelar los submarinos nucleares
En un bronco ataque personal, el ministro de Defensa dice de él que apuñaló a su hermano y apuñalará a su país

A 28 días de las elecciones británicas, la campaña entró ayer en su jornada más bronca, con un durísimo ataque personal del ministro de Defensa, Michael Fallon, al candidato laborista, al que acusa de querer desmantelar los submarinos nucleares británicos: «Ed Miliband apuñaló a su propio hermano por la espalda para convertirse en líder laborista y ahora quiere apuñalar al Reino Unido por la espalda para ser primer ministro, poniendo en riesgo la seguridad del país», escribe Fallon en «The Times» , en una campaña en la que la prensa tradicional a la hora de la verdad marca el debate.
Noticias relacionadas
La polémica viene a cuento de la renovación de los cuatro submarinos atómicos con que cuenta el Reino Unido. Se encuentran en Clyve, base de la Royal Navy en Escocia, y son la única fuerza de disuasión nuclear operativa del país. La primera ministra de Escocia, la independentista Nicola Sturgeon, ha dicho que desmantelar ese arsenal es su «línea roja» para apoyar a Miliband en su carrera al Número 10. El candidato laborista, que va a sufrir un grave descalabro en su granero de votos de Escocia, quedaría en manos del SNP de Sturgeon, que puede ser el partido bisagra que le entregue el poder. Miliband ha descartado un pacto formal de Gobierno con el SNP, pero no acuerdos puntuales, porque sabe que sin ellos no llegará. Los conservadores hurgan en esa herida y lo presentan como rehén del separatismo. El artículo de Fallon se titulaba «Una alianza pecaminosa de laboristas y SNP puede amenazar seriamente la seguridad nacional».
Otros fines
Los nacionalistas hacen el discurso clásico de la izquierda y explican que el dinero de los submarinos podría destinarse a gasto social. Pero el asunto es sentimental: no quieren en su tierra la base de Clyve, símbolo del poder militar de quien pintan como el opresor.
Los conservadores prometen construir cuatro nuevos submarinos atómicos, que sustituyan a los actuales Vanguard, que están equipados cada uno con ocho misiles Trident y navegan desde 1998. La entrega de la nueva flota será en 2028, pero el año que viene toca votar si se encargan o no. Miliband y Cameron se han comprometido a hacerlo. Pero el hombre fuerte en Economía de los laboristas, Balls, dejó caer hace un mes que se podrían construir solo tres para ahorrar. La Royal Navy estima que el sistema de disuasión no sería operativo con un submarino menos. La inversión es enorme: 33.150 millones de euros.
Miliband acusó al ministro de Defensa de calumniarlo por decir que apuñaló a su hermano y apuñalará a su país: «Fallon es un hombre decente, pero hoy se ha degradado a sí mismo y a su Ministerio». Cameron ha respaldado a su ministro. Sabe que la poca pegada de Miliband es el punto débil laborista. Los conservadores, que no logran despegarse, lo han convertido en su pimpampum. Las encuestas siguen mostrando una extrema igualdad, con los dos partidos empatados en el 33% de los votos.