Miliband carga en Escocia contra los nacionalistas, que pueden convertirlo en residual allí

El líder laborista dice que las propuestas fiscales del SNP serían «un agujero negro» para las arcas regionales

Miliband carga en Escocia contra los nacionalistas, que pueden convertirlo en residual allí reuters

lus ventoso

Escocia le quita el sueño al Partido Laborista, porque le puede costar toda opción de ganar las elecciones del próximo 7 de mayo. Una encuesta de YouGov para «The Times» pinta un horizonte desolador para los socialistas: de los 41 escaños que tienen en la actualidad allí se quedarían con solo cuatro, mientras los nacionalistas del SNP lograrían 53 (Escocia aporta 59 diputados al Parlamento de Londres). Conservadores y Liberal Demócratas se quedarían con uno. Esa debacle supondría los peores resultados del laborismo en Escocia en cien años. Tradicionalmente la izquierda era allí hegemónica.

Ante esta situación de alarma, Ed Miliband, el líder laborista, ha acudido hoy a hacer campaña a Escocia, acompañado por su número dos, Ed Balls. Un poco al modo de las alarmas que permitieron ganar el referéndum de septiembre, alertó sobre los riesgos económicos de las propuestas fiscales nacionalistas, que calificó de «agujero negro». El SNP propone que Escocia recaude y gestione todos los impuestos, con un simple pago a Londres por los servicios generales del Estado, tipo defensa o exteriores (un poco al modo del cupo vasco). Miliband replica que escocia tendrá un agujero de 7.600 millones de libras anuales con esa política: «Desafío al SNP y a Nicola Sturgeon [la primera ministra escocesa] a que me digan cómo van a rellenar ese agujero, qué servicios cortarán, que impuestos subirán».

Nicola Sturgeon no ha querido entrar en la realidad del debate económico y ha desdeñado las críticas diciendo que «son los mismos miedos y las mismas calumnias que ya emplearon en el referéndum». Donde por cierto, funcionaron, pues ganó el unionismo. Miliband, a pesar de los nubarrones demoscópicos, que pueden cumplirse, porque ahora mismo el SNP es muy popular tras la campaña de la consulta, quiso impostar un cierto optimismo: «La gente está empezando a cambiar de idea. Sabe que el Partido Laborista es la única vía para evita la victoria de los conservadores».

Por su parte los tories lo vienen acusando de ser un rehén del separatismo, pues con lo ajustados que están los resultados a decir de las encuestas solo podrá llegar al Número 10 de Downing Street con el apoyo del SNP, que ha dicho que colaborará con los socialistas para evitar un Gobierno de Cameron. Miliband ha descartado formalmente un pacto de Gobierno con el SNP, pero no ha llegado a rechazar acuerdos puntuales que sustenten su llegada al poder.

Fallon, el ministro de Defensa, convertido en ariete contra Miliband, al que esta semana ha acusado de apuñalar a su hermano por la espalda y querer hacerle lo mismo a su país uniéndose al SNP, afirma que la visita del líder laborista a Esocia es prueba más «de que los nacionalistas lo han puesto contra las cuerdas».

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