Así se produjo el secuestro de Estambul
La policía abatió anoche a los dos militantes de extrema izquierda que habían secuestrado a un fiscal, que también falleció
A medida que pasan las horas, van emergiendo detalles sobre el drama que ayer sacudió el Palacio de Justicia de Çaglayan, en Estambul: el secuestro perpetrado por un comando del grupo de extrema izquierda DHKP-C, que se saldó con la intervención de la policía y la muerte tanto de los asaltantes como del rehén .
En torno al mediodía, una fotografía en las redes sociales, en las que un encapuchado apuntaba una pistola a la cabeza del fiscal Mehmet Selim Kiraz delante de un fondo de banderas del DHKP-C, sacudía las redes sociales. Los secuestradores daban un plazo de tres horas para que se cumpliesen sus demandas, o ejecutarían al rehén.
Kiraz era el encargado de investigar la muerte de Berkin Elvan , un adolescente fallecido por el impacto de un bote de gas lacrimógeno lanzado por la policía durante la revuelta de Gezi. Entre la extrema izquierda se asumía que su nombramiento no era sino un intento de obstruir la investigación. Por ello, los secuestradores exigían que los agentes confesasen públicamente su responsabilidad y aceptasen ser juzgados por un «tribunal popular».
Los asaltantes han sido identificados como Safak Yayla, de 24 años, y Bahtiyar Dogruyol, de 27. Yayla, estudiante de derecho, fue encarcelado en 2013 por su implicación en un incidente con una «bomba de sonido» (un tipo de explosivo de escasa potencia, muy utilizado por los grupos de extrema izquierda en Turquía), y puesto en libertad hace tres meses. Según la información proporcionada por la policía, su hermano Mehmet se encuentra en la lista de terroristas de los EE.UU. por su presunta implicación en el atentado contra el consulado estadounidense en Ankara en 2013. Dogruyol, también estudiante, fue detenido en 2012 mientras intentaba cruzar ilegalmente a Grecia, donde el DHKP-C mantiene campos de entrenamiento clandestinos.
«El fiscal no está disponible»
Se desconoce cómo pudieron penetrar armados en el recinto del Palacio de Justicia, aunque probablemente les ayudó el que ayer se produjese el mayor apagón de los últimos 15 años en Turquía, así como el perfil de Yayla, vinculado a la profesión judicial. Según el presidente Recep Tayyip Erdogan, «entraron llevando togas de abogado».
Tras desatarse el drama, el periodista Dinçer Gökçe, del diario «Hürriyet», llamó al teléfono móvil de Kiraz, a quien conocía personalmente. Le respondió una voz que decía: «El fiscal no está disponible en este momento», al tiempo que otra persona gritaba: «¡La policía!». Las horas que siguieron fueron muy tensas: un negociador, solicitado por los mismos secuestradores, se personó en el lugar para tratar de alcanzar una solución. Pasado el plazo de las tres horas, el rehén seguía vivo.
Los militantes, además, fotografiaron el sumario de la investigación y lo difundieron por Twitter. A primera vista, un examen de los documentos parece sugerir que, efectivamente, la justicia no había hecho demasiado para aclarar la muerte de Elvan, puesto que, tal y como se admite en el sumario, la mayoría de los agentes implicados no habían sido siquiera interrogados por la fiscalía.
Sobre las cuatro de la tarde, el prestigioso periodista de investigación Ahmet Sik ( entrevistado por ABC en 2012) logró conversar con los secuestradores, que tuvieron palabras durísimas para Kiraz. «Cuando ves el archivo, solo ves las solicitudes de los abogados [de la acusación]. No ves ningún esfuerzo del fiscal para hacer avanzar la investigación. Ahora sabemos el progreso del expediente. Hasta ahora, los fiscales ni siquiera lo han tocado», declaró uno de los secuestradores.
«Traeremos justicia con nuestras armas»
«Los abogados y las familias han pedido las imágenes de las cámaras de seguridad. Los revolucionarios han hecho innumerables manifestaciones por ello, y se les ha detenido, torturado e imputado. En este archivo no hay un solo dado por el fiscal. Es obvio, por casos similares, que la judicatura no hace nada, lo que hacen es proteger al estado y sus criminales. Y aquí tenemos al fiscal público, que es responsable de que los policías sigan impunes», afirmó.
«Conocíamos personalmente a Berkin Elvan del vecindario, le vimos crecer», explicó el secuestrador. «Hemos decidido llevar a cabo esta acción porque hasta ahora se ha intentado todo, hemos utilizado los canales democráticos para forzar algunos pasos. Pero dado que no se ha hecho justicia, hemos decidido que la traeremos con los cañones de nuestras armas», dijo al final de la entrevista.
Una consigna que fue replicada por cientos de personas en todo el país, que ya durante el secuestro comenzaron a protestar, tanto frente al Palacio de Justicia como en diversos barrios de Estambul y Ankara donde el DHKP-C tiene una importante base de seguidores. Mientras tanto, las fuerzas especiales de la policía se desplegaban alrededor del edificio.
El padre del propio Berkin Elvan, Sami, pidió la liberación del rehén. «Mi hijo ha muerto, no tiene por qué morir nadie más», aseguró. Hasta ese momento, la negociación parecía estar funcionando.
Rescate fallido
Pero alrededor de las nueve de la noche, algo se torció, desatando la intervención policial dentro del tribunal. «Llevamos a cabo una negociación durante seis horas. Pero nuestras fuerzas de seguridad lanzaron la operación tras escuchar disparos mientras los terroristas hablaban por teléfono durante la negociación», aseguró ayer el jefe de policía de Estambul, Selami Altinok. En la refriega, los dos secuestradores fueron abatidos, mientras que el fiscal Kiraz recibió cinco disparos, tres en la cabeza y dos en el cuerpo. Fue evacuado inmediatamente, pero para cuando llegó al hospital ya había muerto.
El asalto policial amenaza con incendiar Estambul. Anoche se vivieron importantes disturbios en barrios como Gazi , BirMayis, Nurtepe y especialmente Okmeydani, de donde era originario Berkin Elvan . Allí, milicianos del DHKP-C salieron a la calle empuñando escopetas y rifles de asalto para enfrentarse a la policía a tiros. Esta mañana, dos hombres armados han irrumpido en la sede del Partido Justicia y Desarrollo (AKP) de Erdogan en el distrito de Kartal, y se han atrincherado en la planta superior . Horas después, la policía ha detenido a los militantes, sin que se hayan producido bajas. Pero por ahora, la tensión sigue muy alta en Turquía.
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