Sarkozy afianzará su liderazgo en las elecciones departamentales

El centro-derecha de Francia espera pasar de controlar 41 provincias a tener más de 60 tras el batacazo del PS

Sarkozy afianzará su liderazgo en las elecciones departamentales afp

juan pedro quiñonero

Francia girará hoy a la derecha –con una creciente presencia de la extrema derecha–, cuando sean elegidos los consejeros generales de sus 101 departamentos, responsables de la gestión de más de 70.000 millones de euros, consagrados esencialmente a la asistencia social. Tras obtener el 28,75% de los votos en la primera vuelta, la Unión por un Movimiento Popular (UMP, derecha) y la Unión de los Demócratas Independientes (UDI, centro) esperan confirmar su triunfo. Las derechas controlaban hasta ayer 41 de los 101 de los departamentos. A partir de mañana, esperan controlar más de 60. Será un triunfo para todas las familias del centro y la derecha, bajo el liderazgo unitario de Nicolas Sarkozy.

El Frente Nacional (FN, extrema derecha) de Jean-Marie y Marine Le Pen) consiguió el 25,2% de los votos de la primera vuelta. Sin «gobernar» en ningún departamento, hasta hoy, el FN puede aspirar a conquistar de 1 a 3 departamentos. Una primicia histórica que confirma a la extrema derecha como segundo partido en número de votos, aunque luego el acuerdo entre el centro-derecha y los socialistas les cierre el paso a la hora de conquistar cargos de representación.

Con el 21,47% de los votos, en la primera vuelta, el PS ha sufrido una de las derrotas más graves de su historia, instalado en un humillante tercer puesto. Los socialistas controlaban hasta ayer 60 de los 101 departamentos. Podrían perder entre 20 y 25. Una derrota muy severa para el presidente François Hollande y su primer ministro, Manuel Valls.

El PCF controlaba hasta ayer 2 departamentos. Pudiera perder uno, reducido a fuerza meramente grupuscular. Ecologistas y extrema izquierda solo son fuerzas de mero «apoyo» a un PS víctima de una crisis de primera importancia.

Los consejeros generales son los «parlamentarios» de los departamentos franceses, el equivalente de la provincia española, que no tienen la importancia política de las regiones pero controlan armas decisivas en la guerra política: los presupuestos de asistencia social directa, protección de la infancia, inserción de personas modestas, prevención sanitaria, ayudas asociativas, ayudas a la educación y la cultura...

En Francia, los diputados votan leyes, los consejeros regionales dirigen de las regiones, los alcaldes y concejales controlan los municipios, y los consejeros generales son el último escalafón de la gestión del Estado, pero el más sensible al contacto directo con los electores más modestos: obreros, parados, necesitados de ayudas directas e inmediatas.

Primera vuelta

En la primera vuelta, el domingo pasado, los electores votaron a las grandes familias nacionales, anunciando un giro a la derecha y la extrema derecha, un gran retroceso socialista y el hundimiento de ecologistas y extremas izquierdas.

En la segunda vuelta, los mismos electores deben elegir hoy entre los candidatos que consiguieron más del 12,5 % de los votos el domingo pasado, anunciándose la confirmación del giro a la derecha de la Francia obrera y más modesta.

En esta ocasión, la derrota política palmaria tienen una dimensión social muy particular. Los electores más modestos, obreros, pequeños agricultores, parados, tercera edad más necesitada, habitantes de los suburbios, se están alejando del PS y las izquierdas para votar masivamente a la derecha y la extrema derecha.

El semanario «Le Point» ha contabilizado los resultados del voto obrero de los últimos años. Y esa contabilidad es devastadora para las izquierdas.

Según el estudio de ese semanario, el 43 % de los obreros franceses han votado al FN los últimos años, el 23 % han votado a la UMP, el 21 % al PS, el 4 % han votado ecologista y apenas un 3 % al PCF y la extrema izquierda. Se trata de una evolución histórica, prolongada y confirmada elección tras elección, con poco matices de fondo: el giro a la derecha y la extrema derecha de la Francia más humilde, cuando el PS y las izquierdas se apoyan electoralmente en los funcionarios, que son un fragmento decisivo: 5,4 millones, muy presentes en la administración del Estado, pero minoritarios en los departamentos, donde el voto popular consumará hoy un giro a la derecha y la extrema derecha.

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