Matanza de Boko Haram en los comicios de Nigeria
Un cristiano y un musulmán se disputan presidir el país más poblado de África, donde los terroristas han asesinado a 25 personas en la localidad de Buratai
Nigeria ejerció de forma masiva su derecho a voto en las elecciones presidenciales celebradas este sábado, unos comicios que son también una prueba de fuego contra los fantasmas de Boko Haram . Los terroristas asesinaron a 25 personas en la remota localidad de Buratai, en el noreste del país, informa Reuters. La jornada, no obstante, continuará el domingo en algunas regiones, después de que la Comisión Electoral decidiera extender el plazo ante los problemas de acreditación en ciertos centros.
A la espera de resultados, dos políticos yuxtapuestos, dos formas de gobierno diferentes, dos historias humanas que ejemplifican la polarización del país: más de 170 millones de personas divididos a partes casi iguales entre norte, musulmán; y sur, cristiano.
En un extremo de la arena, el aspirante, Muhammadu Buhari (72), musulmán del estado de Katsina y quien ya dirigió el país entre 1983 y 1985, durante el infame periodo de las dictaduras militares. Pese a que la corrupción disminuyó, también es cierto que los años de gobierno de Buhari fueron especialmente desastrosos para la economía local.
Al otro lado, el actual presidente, Goodluck Jonathan (57), cristiano de la región sureña del Delta del Níger y al mando de la nave nigeriana desde 2010. Un mandato que ha caminado de forma paralela al desarrollo de Boko Haram al noreste del país. En los últimos seis años, más de 13.000 personas han muerto a manos de los insurgentes y hay 3,3 millones de desplazados.
Precisamente, el miedo al terror de Boko Haram capitalizó gran parte de la jornada electoral. En los estados de Yobe y Gombe, al menos 24 personas perdieron la vida en cinco ataques diferentes. Pese a ello, ningún grupo armado ha reivindicado las muertes.
El viernes, al cierre de la campaña, el Ejército de Nigeria había anunciado la recaptura de la ciudad de Gwoza, considerada el cuartel general de los yihadistas. De nuevo, ni una sola imagen, ni una sola confirmación independiente. En este sentido, la falta de trasparencia del Ejecutivo en la cuestión Boko Haram es una de sus mayores tumbas políticas del legado de Goodluck Jonathan.
Oliver Dashe Doeme es partícipe de este dolor. En su papel de obispo de Maiduguri , capital del estado nigeriano de Borno y epicentro de la violencia de Boko Haram, este religioso se enfrenta cada día a la barbarie yihadista. En su región, a finales de agosto, los rebeldes anunciaban la creación de un califato. En marzo, el grupo armado confirmaba su adhesión al Estado Islámico. «La corrupción en las fuerzas armadas y en ciertas esferas que rodean la Presidencia ha dado alas a Boko Haram», denuncia a ABC.
Saqueo del petróleo
Ya el pasado año, el gobernador del Banco Central, Lamido Sanusi, acusaba a la compañía nacional del petróleo -NNPC- de saquear los ingresos del oro negro. Durante una comparecencia ante el comité de finanzas del Senado, Sanusi aseguró que, de 67.000 millones de dólares vendidos de petróleo entre enero de 2012 y julio de 2013, 20.000 millones continúan «perdidos». Fue finalmente apartado de su cargo.
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