elecciones departamentales en francia
Marine Le Pen gana menos de lo previsto y Sarkozy vuelve con más fuerza
El castigo más severo se lo llevan los socialistas, con Hollande y Valls a la cabeza
Los resultados de la primera vuelta de las elecciones departamentales recomponen la influencia en la cúspide del poder político. François Hollande y Manuel Valls sufren un castigo muy severo. Marine Le Pen gana mucho menos de lo que parece y esperaba. Nicolas Sarkozy vuelve con más fuerza de lo previsto.
Manuel Valls, primer ministro, fue el único líder socialista que participó muy activamente en la campaña. Relegado el PS a un humillante tercer puesto, el hombre más popular de la izquierda francesa debe asumir un duro voto de castigo.
Creyéndose hábil, Hollande estuvo relativamente ausente de la campaña departamental. Sus electores tampoco han apreciado su silencio. Buena parte de quienes lo eligieron presidente lo critican hoy con severidad, que el semanario socialdemócrata resume con este titular implacable: «La izquierda más idiota del mundo».
A la extrema derecha, Marine le Pen esperaba que su partido, el Frente Nacional (FN) pudiera conquistar el podio de primer partido de Francia. No ha conseguido ese objetivo. Y el excelente segundo puesto del FN tiene algo de engañoso.
El FN presentó un número impresionante de candidatos en la primera vuelta, sabiendo que serían eliminados automáticamente. En la segunda vuelta de las elecciones departamentales solo pueden participar los candidatos que hayan conseguido más del 12,5 % de los votos en la primera. Una gran mayoría de candidatos de extrema derecha serán barridos en la segunda. Marine le Pen sabía que muchísimos de sus candidatos serían eliminados. Pero decidió presentarlos, con el fin de sumar votos en la primera vuelta. Finalmente, el FN no es la fuerza más votada. Y solo puede aspirar a conseguir uno o dos de los 106 departamentos franceses, en la segunda vuelta, el domingo que viene.
Escándalos y división
Acosado por los escándalos, dirigiendo un partido muy dividido, Nicolas Sarkozy no dudó en hacer una campaña ultra activa y ultra dinámica, muy personal, negociando muchas listas de unión del centro y la derecha. Con un resultado muy estimulante: la Unión por un Movimiento Popular (UMP) ha sido el partido más votado en la primera vuelta y puede convertirse el domingo que viene en la fuerza dominante en la Francia departamental.
Para Sarkozy se trata de una victoria doble. Victoria de su partido, el partido de la derecha francesa. Y victoria personal, al frente de unas tropas que debían enfrentarse a la izquierda y la extrema derecha. Se trata de una recomposición significativa en la cúspide del poder de las grandes fuerzas políticas nacionales.