Muere a los 91 años Lee Kuan Yew, fundador del Estado de Singapur
«No hay actualmente en el mundo un mejor estratega». Así definió Henry Kissinger al «Padre de la Patria», artífice de su independencia y que fue primer ministro entre 1959 y 1990
Nacido el 16 de septiembre de 1923 en una acomodada familia de origen chino, renunció a su nombre inglés, Harry, cuando inició su carrera política, y pasó a ser Kuan Yew (palabras que significan «luz» y «brillo»). Fue un alumno brillante del Raffles College, aunque interrumpió sus estudios en 1942 debido a la invasión japonesa de la colonia británica durante la Segunda Guerra Mundial, tres años y medio que le marcaron para el resto de sus días.
Estudió Derecho en Cambridge y regresó a Singapur para ejercer como abogado en 1950. Su defensa de líderes sindicales y estudiantiles en los tribunales le granjeó una gran notoriedad que le llevó a fundar en 1954 el People’s Action Party, partido con el que consiguió tres diputados en las primeras elecciones para el Consejo Legislativo. Gracias a su capacidad de liderazgo, formó parte de varias delegaciones a Londres en las que negoció un mayor autogobierno para la isla, alcanzado en 1959. En las elecciones celebradas durante ese año, se mostró como un feroz anticolonialista y anticomunista y postuló por una federación con la vecina Malasia. Su partido logró 43 de los 51 escaños y Lee fue proclamado primer ministro, cargo en el que permaneció durante 31 años. En 1963, firmó la entrada de Singapur en la Federación Malasia que apenas duró dos años a causa de las tensiones entre chinos y malayos, por lo que la isla fue expulsada de la unión en agosto de 1965 e inició su andadura como país independiente.
Democracia autoritaria
Ante la falta de recursos naturales, Lee tuvo la visión de atraer inversión extranjera mediante incentivos fiscales y transformó Singapur en un centro exportador de productos de alta tecnología. Creó excelentes infraestructuras de transporte, un plan de vivienda pública en la que vive el 85 por ciento de la población y estableció un sistema educativo bilingüe, público y gratuito, cuyos resultados son analizados en todo el mundo. Bajo su mandato, Singapur se convirtió en el segundo país con mayor renta per cápita de Extremo Oriente, tan solo superado por Japón, una renta que ha pasado en 50 años de 516 a más de 60.000 dólares por habitante.
Singapur, el legado de Lee Kuan Yew, es un país que algunos definen como una «democracia autoritaria» en la que capitalismo y beneficios sociales caminan de la mano, donde la disidencia y la oposición política encuentran pocos cauces de expresión y el People’s Action Party gobierna desde hace medio siglo. Visionario y autoritario, Lee creó un modelo de sociedad próspera basado en la meritocracia y la ausencia de corrupción, sin apenas delincuencia, un ejemplo de convivencia étnica y religiosa donde, al menos en la superficie, reina la armonía.