Los sondeos vaticinan un batacazo del PS de Hollande en las elecciones departamentales

La derecha de Sarkozy y la extrema derecha de Le Pen se disputan hoy el título de primer partido de Francia

Los sondeos vaticinan un batacazo del PS de Hollande en las elecciones departamentales afp

juan pedro quiñonero

La primera vuelta de las elecciones departamentales francesas se anuncia hoy como el primer paso de una alternancia política de fondo. La derecha de Nicolas Sarkozy y la extrema derecha de Marine Le Pen se disputarán el puesto de primer partido de Francia. El Partido Socialista (PS) de François Hollande corre el riesgo de retroceder a un humillante tercer puesto.

Los franceses son invitados a elegir, hoy y el domingo que viene, los consejeros generales de los 106 departamentos del Estado. Los consejeros generales son los miembros del «parlamento» o asamblea del departamento (equivalente a la provincia española), que tiene responsabilidades modestas pero sensibles.

Bajo la tutela del Estado, los departamentos son responsables de la gestión de las ayudas sociales, las ayudas a los clubs de fútbol, las ayudas al desarrollo local, la financiación de la cultura, la organización y equipamiento del territorio. Con menos poder que las regiones y más poder que los municipios, el departamento francés tiene un poder local significativo.

Evolución política de fondo

Mientras sigue su curso la reforma del Estado que modificará el estatuto de las regiones y los departamentos, estas elecciones departamentales serán un indicador precioso para conocer la evolución política de fondo.

Tras la elección de François Hollande (en mayo de 2012), el PS ya perdió las elecciones europeas y municipales de 2014. Y corre el riesgo de sufrir un castigo muy severo en las departamentales de hoy y la semana que viene.

Al margen de los cinco departamentos que fueron colonias y territorios de ultramar, en Francia hay 101 departamentos. El PS de François Hollande y sus aliados controlan 60 y podrían perder entre 20 y 30. La UMP (Unión por un movimiento popular) de Nicolas Sarkozy controla 41 y podría ganar entre 20 y 30. El PCF controla dos departamentos, y pudiera perder uno. El Frente Nacional (FN, extrema derecha) de Jean-Marie y Marine Le Pen pudiera conquistar uno o dos departamentos.

Ese giro a la derecha del poder departamental solo traduce muy parcialmente la marea política de fondo, mucho más profunda.

El modelo electoral francés favorece a los grandes partidos y lamina a los partidos minoritarios. En esta ocasión, Francia «estrena» un nuevo modelo de escrutinio, «binominal, mixto y mayoritario»: los electores son invitados a elegir una pareja de candidatos (hombre y mujer), a dos vueltas. Solo pasarán a la segunda vuelta lo candidatos que consiguen el 12,5 % de los votos en la primera vuelta.

El resultado de la primera vuelta será una radiografía muy preciosa del nuevo «arco iris» político nacional. En la segunda vuelta, el domingo que viene, se decidirá el «color» del nuevo poder político departamental.

Según todos los sondeos del último trimestre, la UMP de Sarkozy y el FN de la familia Le Pen se disputan hoy el título de primer partido de Francia, con unas intenciones de voto que oscilan entre el 28 y el 32 % de intenciones de voto, en la primera vuelta.

Sin embargo, gran número de los candidatos de la extrema derecha quizá no consigan el mínimo indispensable para pasar a la segunda vuelta. Gran triunfador en la primera vuelta, el FN quizá deba contentarse con la conquista de uno o dos departamentos, la semana que viene.

Una gran mayoría de los candidatos de la UMP, por el contrario, podrán aspirar a pasar a la segunda vuelta, cuando el partido conservador pudiera consolidarse como primer partido de Francia.

Catástrofe espectacular

A la izquierda, el PS oscila entre la catástrofe y la catástrofe espectacular. Con menos de un 20% de intenciones de voto, en la primera vuelta, el PS está siendo relegado al puesto de tercer partido francés, víctima del desencanto, la división y crisis de las izquierdas.

El PCF, los ecologistas y el Frente de izquierdas (izquierda de la izquierda socialista) corren el riesgo de ser barridos en la segunda vuelta. Los comunistas pudieran perder uno de sus dos departamentos. Ecologistas y extrema izquierda corren el riesgo de convertirse en grupúsculos políticamente insignificantes en la Francia departamental.

Se presta a Hollande la intención de un cambio de gobierno, tras el resultado final de estas elecciones. Sarkozy espera «relanzar» su propia candidatura al liderazgo de la derecha. Marine Le Pen espera conquistar uno o dos departamentos para convertirlos en «laboratorios políticos» de la extrema derecha.

Otro de los contrincantes al que tendrán que enfrentarse los partidos políticos y sus candidatos es el alto índice de abstención que se espera al menos en esta primera vuelta, y que podría situarse, si se cumplen las encuestas, entre el 56 y el 58%, lo que supondría un récord.

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